La rápida
decisión del Banco de Inglaterra de bajar los tipos de interés, poner
más dinero a disposición de los bancos para que trasladen los recortes a
los clientes y aumentar la disposición de recursos para comprar activos
y bonos de bancos y empresas, es una muestra de cómo se debe actuar
cuando se prevé una situación de contracción económica y pérdida de
empleo.
El
Santander en el Reino Unido y el Barclays no tardaron ni una hora en
anunciar que trasladarían la rebaja de los tipos decidida por el
Banco de Inglaterra inmediatamente a sus clientes. Los analistas,
esperan que las demás entidades, como parece lógico hagan
anuncios similares en las próximas horas.
La decisión es
sobre todo una lección para el Banco Central Europeo que incluso llegó
a subir los tipos de interés cuando la crisis económica ya se había
difundido por todo el mundo, como sucedió en su reunión de julio del
2008, que decidió subir los tipos, nada menos que al 4,25 %. Era la
época de Jean-Claude Trichet, el mejor alumno de la política
monetaria restrictiva impuesta por el Bundesbank.
El
deterioro de las perspectivas de varios de los principales
indicadores de la economía, la estimación de que se pueden
perder 250.000 puestos de trabajo en los próximos meses crecimiento y
los problemas que se generan para la estabilidad financiera de
la economía británica tras el voto del referendo a favor del
‘Brexit’ ha venido a apoyar la decisión del Comité de Política
Monetaria del Banco de Inglaterra.
Insiste el banco de Inglaterra
en que, además de estar dispuesto a recortar más los tipos de
interés, las medidas dadas a conocer este jueves se suman a las ya
conocidas, entre las que destaca la rebaja del colchón de
cobertura de los créditos en mora.
Además de ser un modelo por
la urgencia de la actuación, la entidad monetaria británica
también ha dado una lección de transparencia. Inmediatamente
después de acabar la reunión, en el comunicado oficial hecho
público antes de la comparecencia del Gobernador, Mark Carney, ya se
han dado a conocer los votos a favor y en contra que ha tenido cada
una de las decisiones adoptadas por los nueve miembros del Comité.
En
el caso del Banco Central Europeo, su presidente solo suele explicar
si las medidas han sido adoptadas por unanimidad o no, y si ha
habido una mayoría ampliamente mayoritaria.
Aunque en su
reunión de julio el Banco de Inglaterra adoptó una postura de esperar y
ver, decantándose por mantener la política monetaria a la
espera de mayor información sobre la evolución de la economía,
visto los últimos datos deprimentes de la evolución de la economía
no le ha quedado más remedio que actuar.
Los principales
sectores de su economía como son los servicios, la industria y
construcción, ya se sabe que han sufrido una importante
desaceleración tras la victoria del ‘Brexit’ del pasado 23 de
junio. La caída mensual de la confianza de estos sectores eleva la
probabilidad de una suave recesión. La previsión del Banco de
Inglaterra también dada a conocer este jueves es que la economía solo
crezca un 0,1 % el tercer trimestre del año y se estanque en los dos
trimestres siguientes.
Es muy probable que en la próxima
reunión del Banco Central Europeo, el próximo 8 de septiembre, Draghi
también anuncie nuevas medidas de estímulo. En la rueda de prensa
posterior a la celebración del consejo de Gobierno del pasado mes
de julio anticipó que esperarían a conocer los análisis del
servicio de estudios del emisor europeo.
Mario Draghi tendrá
que explicar muy bien lo que decida el equipo de Gobierno del emisor
europeo. Tiene muy claro donde puede mirar para tomar ejemplo. Y los
bancos españoles pueden seguir el camino del Santander UK y anunciar
recortes de los tipos inmediatos a los clientes.
(*) Periodista
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