miércoles, 10 de febrero de 2016

España, Italia y Francia como arietes contra la austeridad en la eurozona / A.R. Mendizabal *

¿Por qué parece que no surte el efecto deseado el bombardeo de liquidez que está desplegando el Banco Central Europeo? ¿Se le están agotando los bazookas a Mario Draghi? ¿Por qué se desacelera el crecimiento en la eurozona? ¿Por qué no aumenta el crédito a familias y empresas si el dinero está barato? Estas y otras preguntas desembocan en la clásica y memorable máxima de Einstein sobre que ‘hacer una y otra vez las mismas cosas y esperar un resultado distinto es el primer síntoma de la locura’.
Este es el ta­blero de aná­lisis de Michael Ivanovitch, an­tiguo eco­no­mista en la OCDE y en la Reserva Federal de EEUU y ex pro­fesor de la Columbia Business School. Ahora tra­baja por su cuenta y acaba de pu­blicar un tra­bajo para la ca­dena fi­nan­ciera CNBC con un tí­tulo bas­tante su­ge­rente: ‘El BCE puede estar ago­tando sus op­ciones de es­tí­mulo, pero no es el caso de España, Italia y Francia’.
Punto de par­tida: pese a todas las in­yec­ciones de li­quidez del BCE, no hay cre­ci­miento só­lido en la eu­ro­zona que pueda crear su­fi­cientes em­pleos para los 16,7 mi­llones de des­em­plea­dos. O sea, que hay ‘una le­gí­tima preo­cu­pa­ción de que la es­tra­tegia del BCE puede estar per­diendo efi­ca­cia’. El des­plome de las co­ti­za­ciones de los bancos eu­ro­peos no ayuda: no se van a ex­poner a con­ceder cré­ditos a po­rri­llo. Y sin cré­dito, no se crean nuevas em­presas ni crecen las exis­ten­tes.
Otra pre­gunta: ¿cómo romper el círculo vi­cioso? Respuesta: ha­ciendo otra cosa que no sea la re­ceta de la aus­te­ri­dad, según su­giere Ivanovitch. Para él, es sor­pren­dente que el BCE siga em­peñado en po­lí­ticas de ajuste y en re­formas es­truc­tu­rales ‘que des­truyen em­pleos cuando lo que hace falta es jus­ta­mente lo con­tra­rio’. Por eso con­fiesa su es­pe­ranza de que ‘con suerte, creo que el BCE va a tener lo opuesto a lo que quiere que hagan los Gobiernos de la eu­ro­zo­na’. Ahí en­tran Francia, España e Italia.
Francia: ‘Con el pre­si­dente François Hollande en un de­pri­mente tasa de apro­ba­ción del 15%, el Gobierno so­cia­lista sabe que no hay votos con re­cortes de gasto ni en pér­dida de em­pleos al darles vía libre a los em­pre­sa­rios para con­tratar y des­pedir a su an­to­jo’. De modo que ‘el gasto au­men­taría porque el Gobierno man­tiene el es­tado de emer­gencia so­cial’, aparte de los com­pro­misos mi­li­tares en Oriente Medio y África y de las ne­ce­si­dades de la lucha an­ti­te­rro­rista.
Italia. El primer mi­nistro Matteo Renzi ha ba­jado los im­puestos con opo­si­ción de Bruselas y Berlín y ha fle­xi­bi­li­zado el mer­cado la­bo­ral. En Alemania se han puesto fu­riosos en la prensa con las de­nun­cias de Renzi contra el di­ri­gismo de la can­ci­ller Merkel, el mi­nistro de Fianzas Schäuble y com­pañía, pero ofi­cial­mente son más pru­den­tes. La re­baja fiscal apun­ta­lará la ma­yoría par­la­men­taria del primer mi­nis­tro.
Y España. Esto es lo que dice Ivanovitch: ‘España no va a des­en­ca­denar una gue­rra, pero sí que le dirá un largo adiós (en es­pañol) a la aus­te­ridad fiscal y las po­lí­ticas ’flexibles’ en el mer­cado la­boral que puso en marcha el Gobierno sa­liente de ‘ultraliberales’ de cen­tro-­de­recha y que perdió la ma­yoría par­la­men­taria en las elec­ciones del 20-D. Ahora se está tra­tando de formar un Gobierno con unas pla­ta­formas po­lí­ticas de cen­tro-iz­quierda y de ex­trema iz­quierda (Podemos) para ace­lerar el cre­ci­miento eco­nó­mico, crear puestos de tra­bajo y re­ducir la po­breza y la ex­clu­sión’.


(*) Periodista


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