FRANCFORT.- El Banco de Pagos
Internacionales (BPI) observa que "el euro parece mostrar
características de una moneda de financiación internacional, como lo es
el dólar".
El BPI señala en su informe trimestral de diciembre publicado hoy que
"si el endeudamiento exterior en euros está asociado a posiciones
cortas especulativas, cualquier breve reducción podría causar fuertes
apreciaciones del euro" como la del pasado jueves.
Así ocurrió después de que el presidente del Banco Central Europeo
(BCE), Mario Draghi, anunciara ese día menos estímulos monetarios de los
descontados por los mercados.
El euro subió en pocas horas el 2,8 %, o cuatro centavos de dólar, hasta superar los 1,09 dólares.
La entidad monetaria europea no relajó las condiciones monetarias tanto como Draghi había dado a entender.
El BCE decidió encarecer más su tasa de interés de depósito, por la
que remunera el dinero a los bancos a un día, en 10 puntos básicos,
hasta el -0,30 %.
La entidad prolongará el programa de compra de deuda pública y
privada seis meses hasta marzo de 2017 pero sin aumentar el volumen
mensual de compra.
Desde marzo pasado el BCE compra mensualmente deuda pública y privada
de la zona del euro, sobre todo deuda soberana, por valor de 60.000
millones de euros, por lo que el programa de expansión cuantitativa
aumenta en 360.000 millones de euros.
"El préstamo bancario transfronterizo en euros por parte de países no
pertenecientes a la zona de la moneda común describe un patrón en el
que una depreciación del euro va unida a un aumento del préstamo en
dicha moneda dirigido a países fuera de la zona", dijo el asesor
económico y jefe de estudios del BPI, Hyun Song Shin al presentar el
informe.
Añade que el "endeudamiento exterior en euros también arroja luz
sobre las anomalías en el mercado que recientemente se han acentuado".
Una muestra de ello es que las tasas de interés implícitas en los
precios de los swaps (permutas financieras) entre divisas no concuerdan
con las tasas de interés aplicables a los participantes en el mercado.
El BPI ve una explicación en esta anomalía en la demanda de cobertura
(de riesgo) por parte de inversores a largo plazo en las economías
avanzadas, como compañías de seguros y fondos de pensiones, que deben
cubrir sus pasivos frente al riesgo de divisa.
Por ejemplo, los inversores con una cartera diversificada denominada
en dólares o euros, pero sus pasivos por pensiones están en yenes o
francos suizos sin cobertura frente al riesgo de divisa, podrían tomar
prestados dólares o euros para cubrir ese riesgo.
"La necesidad de cobertura será mayor si los movimientos de las
monedas son más pronunciados o si los inversores esperan una mayor
depreciación del dólar o del euro", considera el asesor económico y
jefes de estudios del BPI.
En este contexto, las políticas de expansión cuantitativa de los
principales bancos centrales, que provocan la depreciación de su moneda,
aumentarían la demanda de cobertura entre los inversores extranjeros a
largo plazo.
El jefe del departamento monetario y económico del BPI, Claudio
Borio, dijo que "la calma ha vuelto a los mercados financieros, pero es
una calma tensa".
Los mercados sufrieron alguna turbulencia en agosto y septiembre y se
recuperaron en octubre, cuando las plazas bursátiles registraron sus
mayores ganancias mensuales de los últimos años.
Asimismo los precios de las materias primas cayeron y las monedas de
mercados emergentes se estabilizaron en línea con los flujos de
cartera.
Además, los diferenciales de rentabilidad se estrecharon y la volatilidad se redujo, según Borio.
"Con este telón de fondo, las turbulencias resultaron ser un chubasco
estival, más que una tormenta de otoño presagiando un largo invierno",
dijo Borio.
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