TOKIO.- El gabinete del primer ministro
japonés, Shinzo Abe, aprobó el jueves un presupuesto fiscal récord para
2016 que depende de un mayor crecimiento y mejores ingresos fiscales
para lograr su objetivo de reactivar la economía y frenar la carga de
deuda más abultada del mundo.
Pero ambos objetivos parecen difíciles de alcanzar,
según economistas, debido a que la estrategia de Abe podría resultar
contraproducente. Sin grandes esfuerzos para frenar el gasto, dicen, su
objetivo de equilibrio presupuestario sigue siendo una tarea difícil.
El gasto para el año fiscal que comienza el 1 de abril
será de 96,72 billones de yenes (799.900 millones de dólares), levemente
por encima desde el plan inicial de este año para gastar 96,3 billones
de yenes.
El proyecto de presupuesto -el cuarto desde que Abe
volvió al poder a finales de 2012- cuenta con un gasto social récord
para lidiar con una población en rápido envejecimiento y un gasto
militar que por primera vez supera los cinco billones de yenes.
El plan ofrece ayudas para cuidar a los hijos en forma
de subsidios para el salario de niñeras y para la educación preescolar,
así como atención a las personas mayores. Esto viene tras la aprobación
de un presupuesto adicional de 3,3 billones de yenes para este año
fiscal, dado a conocer la semana pasada.
"Viendo el lado del gasto, la disciplina fiscal es un
poco débil", dijo Takeshi Minami, economista jefe del Instituto de
Investigación Norinchukin. "En conjunto con el presupuesto adicional, la
política fiscal deja la impresión de gastos asignados con fines
políticos antes de las elecciones de la Cámara alta el próximo verano".
El ministro de Finanzas, Taro Aso, dijo que el
presupuesto está en línea con el objetivo de Japón de lograr un
superávit del presupuesto primario -excluyendo las nuevas ventas de
bonos y servicio de la deuda- para el año fiscal 2020.
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