LIMA.- Lima acoge la
próxima semana la Asamblea Anual del Fondo Monetario Internacional (FMI)
y del Banco Mundial, que vuelve a Latinoamérica después de 48 años, en
un momento en que el crecimiento económico en la región se ha
desacelerado tras años de bonanza.
Perú, una de las estrellas económicas de la región, se ha volcado en
la organización de la Asamblea, que se celebró por última vez en
Latinoamérica en Río de Janeiro en 1967, y estrena para la ocasión un
centro de convenciones, que se ha construido sobre un terreno de 10.676
metros cuadrados, con una inversión de más de 155 millones de dólares y
aforo para 10.000 personas.
Aunque Lima, que tiene más de nueve millones de habitantes, ya había sido
sede de grandes citas internacionales, como la Conferencia de Cambio
Climático (COP20) del año pasado, hasta ahora carecía de un moderno
centro de convenciones, que también acogerá el próximo año el Foro de
Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC).
El centro de convenciones, que lleva el nombre de "27 de enero" en
recuerdo al día del año pasado en que Perú recibió el fallo de la Corte
Internacional de Justicia de La Haya que definió el límite marítimo con
Chile, completa el eje cultural de Lima al estar situado junto al Teatro
Nacional, la Biblioteca Nacional y el Ministerio de Cultura.
La Policía Nacional de Perú desplegará a más de 20.000 efectivos para
brindar seguridad durante el desarrollo de la Asamblea Anual del FMI y
el BM, que se realizará del 6 al 11 de octubre y que convertirá a Lima
en la capital económica mundial.
Esta reunión congregará a más de 12.000 participantes, entre
ministros de Economía, Hacienda o de Desarrollo y presidentes de Bancos
Centrales de 188 países, así como ejecutivos privados, banqueros y
líderes empresariales y académicos, según las autoridades peruanas.
Para velar por su seguridad, la Policía Nacional ha destinado 950
patrulleros, 926 motocicletas, 211 vehículos especiales de seguridad del
Estado, seis ambulancias y dos helicópteros; uno para el patrullaje y
rescate y otro para evacuación de emergencia.
Las autoridades peruanas también han previsto desvíos en el tráfico y
el cierre de la estación La Cultura del Metro de Lima, mientras que en
el distrito financiero de San Isidro, donde están los hoteles en los que
se alojarán las delegaciones, habrá siete anillos de seguridad.
El Gobierno peruano confía en que los participantes en la Asamblea no
sufrirán los enormes atascos del caótico tráfico de Lima, ya que el día
8 (jueves) es festivo nacional (Combate de Angamos) y el día 9
(viernes) se ha declarado no laborable en Lima y El Callao.
Aunque el pistoletazo de salida lo dará el Fondo el próximo martes
cuando desvele su informe de cabecera "Perspectivas Económicas
Globales", en el que actualizará sus proyecciones de crecimiento, que en
julio fueron de 3,3 % para este año y 3,8 % para 2016, el grueso de las
actividades serán entre el jueves y el sábado.
De manera paralela a la Asamblea, entre el 6 y el 9 de octubre
también tendrá lugar el Foro de la Sociedad Civil, así como decenas de
seminarios y eventos centrados en la economía mundial, el desarrollo
internacional y los mercados financieros mundiales.
Además, Lima también será escenario de protestas contra el FMI y el
BM el próximo viernes, cuando se ha convocado una marcha por el centro
de la capital.
La hotelería peruana espera ser uno de los sectores más beneficiados
con la Asamblea del FMI y el BM, ya que los hoteles de tres, cuatro y
cinco estrellas están copados para estas fechas, en las que también será
casi imposible conseguir reservas en los afamados restaurantes limeños.
Más de 1.000 periodistas también se han acreditado para la cobertura
de la Asamblea, con cuya celebración Perú espera que le abra las puertas
a nuevas inversiones extranjeras y a un incremento del turismo.
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