WASHINGTON.- América Latina tendrá en 2015 un
segundo año consecutivo de crecimiento ínfimo, inferior a 1%, en un
escenario marcado por el desplome de Venezuela y estancamiento del
gigante brasileño, de acuerdo con las últimas previsiones del Fondo
Monetario Internacional (FMI).
Para la entidad financiera, la
región terminará el año 2015 con un crecimiento mediocre de 0,9%,
sensiblemente por debajo de la previsión de un decepcionante 1,3% que
había sido lanzado en octubre del año pasado y mantenido en la revisión
publicada en enero de este año.
Para la entidad, este escenario
será definido por la ausencia "de un impulso aparente de recuperación de
la actividad económica en el corto plazo", y la perspectiva de
persistencia en la tendencias de baja de precios de las principales
commodities exportadas por la región.
Por su escala, el caso de
Brasil hace encender las luces de alerta para el FMI, ya que la entidad
prevé que el gigante sudamericano terminará el año en recesión de 1%.
Para
poner de relieve la magnitud del estancamiento brasileño es necesario
recordar que en octubre del año pasado el mismo FMI había previsto que
la mayor economía latinoamericana terminaría 2015 con crecimiento de
1,4%, pero en enero de este año ya rebajó drásticamente esa expectativa a
un tímido 0,3%.
En la visión del FMI, en Brasil "la percepción
del sector privado se mantiene persistentemente baja (...) en reflejo de
los riesgos de un racionamiento de electricidad y agua en el corto
plazo".
La otra preocupación del FMI para la región es claramente
Venezuela, que según el FMI terminará el año 2015 con fuerte caída de
-7%, que se sumará a otro retroceso de -4% en el próximo año.
"El
colapso del precio del petróleo ha complicado una situación que ya era
difícil", señaló el FMI en su nuevo conjunto de previsiones.
La economía de México, de acuerdo con el FMI, terminará 2015 con un crecimiento de 3%.
"Se
trata de una posibilidad sólida, pero por debajo de lo que se
esperaba", apunta el estudio con relación a México, donde observó trabas
en la demanda doméstica que le impide aprovecharse del crecimiento en
Estados Unidos.
No obstante, señaló la entidad, si bien las
dificultades de la región se concentran en Sudamérica, "la producción de
mantiene cerca de su potencial, como lo evidencia un desempleo todavía
muy bajo en varias de las economías".
En
general, apunta el FMI, los riesgos persistentes son "considerables y
de alguna forma tienden hacia abajo", ya que la actividad exportadora de
commodities podrá ser todavía más afectada "en especial por una
reducción de inversiones más aguda de lo esperado en China".
Por
eso, los técnicos de la entidad estiman que el principal desafío será
"administrar los reajustes a un nuevo ambiente externo pero preservando
sólidos fundamentos y elevando el potencial de crecimiento".
Al
mismo tiempo, los países de América Central, como ya había ocurrido en
2014, parecen beneficiarse de la caída en los precios del petróleo y de
la recuperación de la economía estadounidense.
"Remesas aumentaron
9% en 2014 y, junto a un crecimiento de las exportaciones, continuará a
sostener la actividad doméstica y facilitar la tarea de fortalecer la
posición fiscal" en los países de la región.
Este escenario terminó por aportar tranquilidad a los países del Caribe, apuntó el documento del FMI.
No
obstante, la situación en Venezuela podría reducir la actuación de
Petrocaribe en esa región, una ausencia que "pondría presiones sobre las
finanzas públicas" de diversos países caribeños.
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