BRUSELAS.- La Comisión Europea anunció este
viernes que entregará 2.000 millones de euros a Grecia, en grave
situación de liquidez, mientras que los líderes de la zona euro instaban
a Atenas a presentar su lista de reformas prometidas lo antes posible.
Los
2.000 millones de euros son fondos para el desarrollo sin utilizar, y
deberán destinarse para "reforzar el crecimiento", declaró en rueda de
prensa el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker.
"No irán
a las arcas del Estado griego", aseguró Juncker al término de una
cumbre de la Unión Europea en Bruselas, durante la cual el primer
ministro griego, Alexis Tsipras, mantuvo hasta horas de la madrugada una
negociación con los líderes de Alemania, Francia y las instituciones
acreedoras de Atenas en Bruselas.
El gobierno griego presentará
sus reformas en los "próximos días" aseguró un comunicado tras esa larga
reunión. Tsipras viaja a Berlín el lunes.
Grecia debería
"invertir este dinero en sectores propicios en materia de perspectivas
de crecimiento para aportar una respuesta al problema del desempleo
masivo de los jóvenes", agregó Juncker.
El ambiente en las
capitales europeas y en Bruselas es de gravedad ante una crisis que se
prolonga, y que podría desembocar en la salida de Grecia de la moneda
única.
Grecia necesita urgentemente fondos, hasta 7.000 millones
de euros, para afrontar a mediano plazo los vencimientos de deuda, tanto
en los mercados como con el Fondo Monetario Internacional (FMI), al que
este mismo viernes le devolvió 348 millones de euros.
Pero los
socios europeos optan por el momento por dar una de cal y una de arena a
Atenas, para obligarlo a presentar propuestas que consideren claras y
convincentes.
Ese fue el compromiso adoptado por los líderes de la zona euro, incluido Tsipras, el 20 de febrero.
"Creo
que sería muy positivo para Grecia que cumplieran sus compromisos, yo
creo que hay buena disposición de parte de todo el mundo", declaró el
jefe de gobierno español, Mariano Rajoy.
Tsipras afronta una
"crisis humanitaria" en su país, reconoció Juncker. El primer ministro
griego consiguió esta misma semana que el parlamento aprobara una ley de
lucha contra la pobreza, a pesar de que no consultó su contenido con
sus socios.
Para el gobierno de coalición griego, las decisiones
deben ser políticas, mientras que para los líderes de la zona euro es
imprescindible centrarse en las cifras, los planes detallados.
"No
hubo ninguna discusión ayer (madrugada del viernes) sobre el contenido
de las reformas (...) es responsabilidad de los griegos formular" las
propuestas, que no deben ser "recesivas" insistió Tsipras.
La
canciller alemana, Angela Merkel, quien ya había advertido antes de
acudir a Bruselas que no cabía esperar una solución rápida de una
reunión que no incluía a todos los socios de la zona euro, recalcó que
cuanto antes se presenten las reformas, y se aprueben, más rápido se
podrá girar a Atenas la ayuda financiera.
El presidente francés, François Hollande, adoptó una vez más un tono conciliador.
"El
espíritu de confianza mutua que reinaba esta mañana (...) permitirá
hallar una solución a lo que se denomina el problema griego", declaró.
El gobierno griego, una heterogéneo coalición de izquierda y derecha, "es nuevo", reconoció Tsipras.
"Necesitamos rodarnos", añadió.
Pero para el jefe de gobierno griego, la prioridad es "el mandato que nos dieron los griegos" de poner fin a la austeridad.
Atenas y sus socios europeos disponen hasta finales de abril para ir ajustando ese contraste de pareceres.
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