ATENAS/BRUSELAS.- El nuevo Ejecutivo
de Grecia ha querido mostrar en su primera semana a Bruselas que su país
ha cambiado y lo ha hecho con reticencias a una cuestión delicada como
las sanciones europeas a Rusia, un asunto que la Unión Europea sorteó con
diplomacia y con un llamamiento a la unidad.
Bruselas y el resto de socios han querido evitar la confrontación
directa con Grecia, pero la alta representante de Asuntos Exteriores de
la UE, Federica Mogherini, admitió que la reunión extraordinaria sobre
la crisis ucraniana del jueves había sido "no tan emocional como otras
veces, pero sí profunda".
Mogherini subrayó que los Veintiocho consiguieron mantener la
"unidad" y la "fuerza" del bloque frente a Rusia, un país del que
reiteraron las evidencias de que apoya a los grupos separatistas en el
este ucraniano.
Algunos socios habían manifestado previamente, según fuentes
comunitarias, su "preocupación por los lazos entre Grecia y Rusia",
después de que el primer representante extranjero recibido en Atenas por
el nuevo primer ministro, Alexis Tsipras, fuera el embajador ruso.
La diferencia entre Atenas y otras delegaciones, como la británica,
estaba en que el texto inicial hacía referencia a posibles "medidas
restrictivas" que la UE podía adoptar en el futuro contra Moscú si la
situación en Ucrania no mejora, y que la delegación helena quería
sustituir por "acciones apropiadas".
El ministro de Exteriores heleno, Nikos Kotziás, explicó que su país
se distanció del resto de socios comunitarios porque no les consultaron
sobre el texto, no por su contenido, y que nunca quisieron comportase
como "un mal chico".
En ese sentido, el portavoz del Gobierno de Atenas, Gavriil
Sakelaridis, rechazó que el nuevo Gobierno se
plantee buscar un mayor acercamiento hacia Rusia.
"Nuestra voluntad es mantener buenas relaciones diplomáticas tanto
con EEUU, como con Rusia y China, teniendo siempre en cuenta el interés
nacional y europeo. No mantenemos ninguna relación diplomática
privilegiada con Rusia", dijo.
Sin embargo, el hecho de que la primera reunión de Tsipras con un
diplomático extranjero fuera precisamente con el embajador ruso -le
siguió el chino- ha despertado susceptibilidades entre algunos socios de
la Unión Europea, que ven que Grecia podría estar buscando otras
fuentes de financiación para el caso de que falle su línea de
negociación frente a sus acreedores de la troika.
Así se han interpretado algunas frases de los nuevos ministros durante los primeros días de gobierno.
Así, por ejemplo, el ministro de Ministro de Reconstrucción
Productiva, Agricultura y Alimentación, Panayotis Lafazanis, aseguró que
el hecho que Grecia esté en la UE no significa que no pueda tener
relaciones con el resto del mundo.
"Por eso no estamos de acuerdo con el embargo a Rusia. Grecia no
tiene ningún interés en imponer sanciones a Rusia. No tenemos
diferencias con Rusia y con el pueblo ruso", destacó.
Los agricultores griegos, con fuerte dependencia de sus ventas a
Rusia, se habían quejado desde un principio contra estas sanciones.
Por su parte, el nuevo titular de Defensa y único ministro del socio
menor de la coalición, el partido nacionalista de derechas Griegos
Independientes, Panis Kamenos, afirmó que Grecia espera "mejorar las
buenas relaciones" y mantener los programas (de compra de armas)
interrumpidos a causa de las sanciones.
Sin embargo, y pese a que desde Rusia el ministro de Finanzas ruso,
Anton Siluanov, afirmase que en caso de que Grecia solicitara ayuda
económica a Moscú, "se tendría en cuenta" esta petición, las acciones
emprendidas por Atenas en su primera semana no solo no han podido gustar
a los socios de la UE, sino tampoco a Moscú o Pekín.
Rusia y China están directamente afectados por la decisión del
Gobierno griego de paralizar todo proceso de privatización de sectores
claves para la infraestructura, como las redes viales, puertos y
aeropuertos.
Así, por ejemplo, la empresa de ferrocarriles rusos era candidata
favorita para hacerse con los ferrocarriles griegos, y otra compañía
rusa había manifestado interés por el puerto de Salónica.
Por su parte, la compañía china COSCO, ya propietaria de parte del
puerto de El Pireo, estaba en vías de ampliar su participación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario