PARÍS.- El Banco Central Europeo (BCE) va a tener un papel determinante para evitar la asfixia financiera de
Atenas ya que el miércoles decidirá si concede a los bancos griegos
fondos de emergencia para mantener a flote el país.
Mientras
Europa entera escruta los primeros pasos de la izquierda radical griega,
que llegó al gobierno hace una semana con la promesa de poner fin a la
austeridad, y los mercados se preguntan cuánto tiempo va a poder
aguantar Grecia, el ministro de Finanzas griego, Yanis Varoufakis, no ha
dudado en centrar todas sus esperanzas en el BCE. Hasta que se resuelva
el problema de la deuda antes de final de mayo, Varoufakis espera que
Grecia pueda disponer de la liquidez necesaria, "como ha ocurrido tantas
veces en el pasado", dijo el domingo en París.
Los bancos
griegos, primeros compradores de la deuda a corto plazo que emite el
gobierno griego para financiarse, tienen acceso en la actualidad a las
operaciones ordinarias de los préstamos del BCE, pese al cartel de "alto
riesgo" de los títulos de la deuda del país, sólo porque Atenas está
bajo un programa de ayuda. Si este programa concluyera a finales de
febrero, el BCE "no podría seguir prestando", dijo el sábado el
gobernador del Banco Central de Finlandia y miembro del consejo de
gobernadores del banco central europeo, Erkki Liikanen.
O al
menos, no podría hacerlo a través de los canales de financiación
habituales. "Tendría la posibilidad de lo que se llama ELA (acrónimo en
inglés de 'concesión de liquidez de urgencia')", dijo el vicepresidente
del BCE, el portugués Vitor Constancio, el sábado en Gran Bretaña, según
la agencia Bloomberg News. "Pero, en cualquier caso, al final será el
consejo de gobernadores el que decida", precisó.
El
dispositivo ELA prevé la concesión de moneda, mediante el Banco Central
griego en este caso, a instituciones financieras con problemas
temporales de liquidez.
El consejo del BCE puede decidir, con una
mayoría de dos tercios, limitar o incluso suspender estas operaciones,
si las consideran contrarias a los objetivos de su política.
Como
hace cada dos semanas, el consejo de gobernadores tendrá que decidir
este miércoles si la institución monetaria de Fráncfort acepta renovar
el mecanismo ELA a los bancos griegos, informaron fuentes bancarias
griegas, lo que el BCE, interrogado por la AFP, ha rehusado comentar.
Este procedimiento, habitualmente rutinario, tendrá en esta ocasión un
cariz diferente, ya que el ELA, al que recurrió abundamentemente Grecia
en 2012, podría convertirse en uno de los últimos recursos para los
bancos griegos, víctimas en las últimas semanas de un aumento de las
retiradas de depósitos de sus clientes.
Atenas cuenta con sus
bancos para responder a sus necesidades de financiación inmediatas. El
Estado griego emitirá el miércoles 625 millones de euros de deuda con
vencimiento en agosto de 2015, unos títulos que solo suelen interesar a
las instituciones de crédito nacionales.
"Si el BCE no alimentara a
los bancos griegos, estos no podrían comprar deuda del tesoro griego y
Grecia podría tener una crisis de liquidez muy rápidamente", explica
Sylvain Broyer, economista jefe de Natixis. "El papel del BCE es por lo tanto importante", subrayó.
Según
él, los bancos griegos han pedido recientemente 5.000 millones de euros
mediante el ELA y es esta demanda la que examinará el miércoles el
consejo de gobernadores del BCE.
"Me parece difícil que el BCE
vaya a decir no a la ELA para Grecia, ya que si lo hiciera, cortaría al
país la financiación y le hundiría en una crisis de liquidez", anticipa
Broyer, quien cree que "eso no le interesa al BCE".
Para su colega del Crédit Agricole, Frederik Ducrozet, el BCE deja planear la amenaza de ruptura de
financiación, ya que "trata de influir en las negociaciones y conseguir
de Grecia concesiones", pero tiene "margen de maniobra".
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