BUENOS AIRES.- El Gobierno argentino sumó el respaldo del primer ministro
italiano, Matteo Renzi, en la disputa que mantiene con fondos
especulativos que ganaron un juicio en Estados Unidos y reclaman el pago
de 1.500 millones de dólares de deuda argentina.
La Presidencia
argentina difundió una carta de Renzi a la mandataria Cristina
Fernández en la que le asegura "la cercanía del gobierno italiano al
esfuerzo argentino" y expresa su satisfacción por "la voluntad argentina
de continuar el pago de su deuda, que es un punto clave de gran valor
para los mercados internacionales".
En la misiva, fechada el
pasado 9 de julio, el mandatario italiano expresa su deseo de que
Argentina "pueda confirmar y consolidar su camino de crecimiento, que
Italia seguirá acompañando como partner industrial, comercial y
financiero".
"La certeza y la transparencia de los mecanismos
internacionales de reestructuración y de pago de la deuda son asimismo
valores de gran importancia, a los que Italia dirige su atención,
también desde su rol de Presidente de turno de la Unión Europea",
continuó.
A modo de despedida, Renzi destacó que "el
fortalecimiento del diálogo entre Italia y Argentina sigue siendo una
prioridad de la política exterior italiana".
Con ese fin, anunció
que la ministra italiana de Asuntos Exteriores, Federica Mogherini,
viajará a Buenos Aires el próximo 4 de agosto, y mostró su disposición a
un encuentro bilateral al máximo nivel en la cumbre del G-20 en
Brisbane (Australia) el próximo noviembre.
El pasado 3 de julio,
la Organización de Estados Americanos expresó su respaldo al Gobierno
argentino en una declaración que alerta del posible impacto en la
"arquitectura financiera internacional" del fallo judicial que situó al
país al borde de la suspensión de pagos.
Además, también han hecho
explícito su apoyo a Argentina la Unión de Naciones Suramericanas
(Unasur), el Mercosur y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y
Caribeños (Celac).
Los fondos de inversión querellantes lograron
un fallo a favor en la justicia neoyorquina para cobrarle a Argentina
deudas por 1.500 millones de dólares, entre capital e intereses, por
bonos en mora desde 2001 y que no ingresaron a los canjes de 2005 y
2010.
El fallo mantiene congelado el pago de compromisos de deuda
de Argentina a los acreedores que sí aceptaron las reestructuraciones,
el 92,4 %, por lo que el litigio, de no encontrarse una solución, pone
al país al borde de la suspensión de pagos.
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