LISBOA.- La detención esta semana del expresidente del Banco Espírito Santo
(BES) Ricardo Salgado está relacionada con transferencias realizadas a
través de cuentas personales localizadas en paraísos fiscales, según
apuntan hoy medios lusos.
El semanario Expresso revela que la
Fiscalía procedió a la detención de Salgado tras recibir información
"por vía de la cooperación judicial internacional" sobre lo ocurrido con
85 millones de euros pagados en 2010 por la empresa estatal de petróleo
angoleña (Sonangol) para adquirir la firma Escom, propiedad del Grupo
Espírito Santo.
En este grupo empresarial controlado por la
familia Espírito Santo -una de las más ricas e influyentes del país-,
Ricardo Salgado es todavía hoy uno de los cinco miembros que dirigen su
gestión y su cara más visible.
Según Expresso, en causa está el
contrato de compraventa firmado por Salgado y Manuel Vicente, entonces
presidente de Sonangol, en el que se acordaba la venta de Escom por
valor de 800 millones de euros, de los cuáles 85 debían ser transferidos
inicialmente como señal.
En principio, estos 85 millones de euros
debían ser transferidos para una cuenta de una sociedad "offshore" en
Panamá a nombre de Alvaro Sobrinho, en aquel momento presidente de la
división del BES en Angola.
Fuentes cercanas a la investigación
confirmaron que esa sociedad se creó poco antes de esta operación, lo
que hace sospechar que su único objetivo fuera recibir ese traspaso.
Sin
embargo, un banco suizo envuelto en la operación exigió información
adicional sobre la citada sociedad debido a las elevadas cifras de las
que se estaban hablando, lo que hizo abortar el envío y que la
transferencia no llegase a Panamá, sino a otra cuenta en esa misma
entidad financiera helvética.
Esa cuenta se encuentra tutelada por un banco de gestión de fortunas propiedad del Grupo Espírito Santo.
Medios
lusos coinciden en destacar que los investigadores procedieron al
arresto de Salgado por miedo a que desapareciera documentación relativa a
este caso, y señalaron que hubo registros en su oficina personal
-montada en un hotel de Estoril tras su precipitada salida del BES- y en
el despacho de una abogada lisboeta.
Apuntan, asimismo, que el
expresidente del BES era el titular de dos sociedades en Panamá que
podría haber utilizado, según la teoría de los investigadores, para
evadir impuestos.
El considerado como el líder más poderoso del
clan familiar de los Espírito Santo fue puesto en libertad bajo fianza
de tres millones de euros tras acabar el interrogatorio con el juez, el
pasado jueves.
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