NUEVA YORK.- La muerte del presidente venezolano, Hugo Chávez, este
martes no alteró hoy la evolución de los precios del barril de crudo,
pese a que Venezuela se disputa junto con Arabia Saudí el puesto de
segundo mayor abastecedor de hidrocarburos de Estados Unidos.
El precio promedio del barril de crudo, que había alcanzado 140
dólares por barril a mediados de 2008, estaba cerca de los 105 dólares a
comienzos de 2012, rondando los 98 dólares hace un mes, y apenas por
encima de los 90 dólares hoy en el Mercado Mercantil de Nueva York,
prácticamente sin cambios frente a la jornada de ayer.
Aunque Venezuela sigue compitiendo con Arabia Saudí por el puesto de
segundo mayor abastecedor de hidrocarburos para Estados Unidos, el mapa
de las importaciones de crudo de EE.UU. ha variado mucho en pocos años.
El mayor abastecedor es ahora Canadá, con unos 72 millones de
barriles mensuales, comparado con alrededor de 31 millones de barriles
de los saudíes y otro tanto de los venezolanos, y seguidos muy de cerca
por México, con casi 30 millones de barriles mensuales.
Estados Unidos ha estado reduciendo constantemente el volumen del
petróleo importado: en julio de 2012 las importaciones fueron de 266,78
millones de barriles, y en diciembre fueron de 234,8 millones de
barriles.
Las importaciones de petróleo crudo desde Venezuela que sumaban unos
46,5 millones de barriles mensuales a mediados de 2003, han bajado a
unos 32 millones de barriles en diciembre pasado, la fecha más reciente
de datos de la Agencia de Información de Energía de EE.UU.
Las importaciones de crudo tenían un promedio de 8,3 millones de
barriles diarios hace un año, están ahora en 7,3 millones de barriles
diarios y la Agencia de Información de Inteligencia calcula que bajarán a
unos 6 millones de barriles diarios hacia 2014. Ése será el nivel más
bajo desde 1987, y representa casi la mitad de lo que EE.UU. importaba
cada día en 2005.
La muerte de Chávez no sorprendió a los mercados y ha dejado en
evidencia que, quizá el mercado estadounidense que absorbe la mayor
parte del crudo venezolano sea más importante para Venezuela, que el
petróleo venezolano para los estadounidenses.
Venezuela deriva casi el 95 por ciento de sus ingresos de las
exportaciones de petróleo, y casi la mitad de éstas se dirige mayormente
al mercado estadounidense.
Al mismo tiempo que se ha achicado la importancia de Venezuela para
el suministro petrolero de Estados Unidos, se ha abreviado la capacidad
de la industria petrolera venezolana.
Las refinerías estadounidenses en la costa del Golfo siguen siendo
clientes cruciales para Venezuela, pero las plantas procesan ahora más
crudo extraído del Golfo de México, o en Texas o en Dakota del Norte.
El Servicio Geológico de EE.UU. calcula que el país suramericano
tiene reservas potenciales de unos 200.000 millones de barriles de crudo
y el Gobierno de Chávez las ha calculado en unos 300.000 millones de
barriles. Tan sólo Arabia Saudí tiene bajo su suelo reservas mayores de
hidrocarburos.
Pero el volumen de extracción de crudo de Venezuela ha disminuido un
30 por ciento durante los casi tres lustros de Gobierno de Chávez
pasando de 3,5 millones de barriles diarios a 2,5 millones de barriles
diarios.
Las políticas de Chávez ahuyentaron la inversión extranjera,
especialmente en el sector de los hidrocarburos, y la industria
petrolera venezolana, sin recursos suficientes, lidia ahora con una
infraestructura anticuada y la escasez de personal técnico calificado.
De todos modos, los analistas prevén un período de turbulencia en
Venezuela mientras el país elige a su nuevo gobernante, aunque lejos han
quedado los tiempos cuando la mera posibilidad de trastornos en el
flujo de petróleo venezolano hacía brincar los mercados de energía.
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