PARÍS.- El candidato favorito para las presidenciales francesas, el
socialista François Hollande, dijo el sábado que preveía una oleada de
despidos tras las elecciones del próximo fin de semana, pero prometió
que su gobierno no se quedaría de brazos cruzados cuando las empresas
echaran a trabajadores.
Hollande, de 57 años, parece encaminado a ganar la segunda vuelta
del 6 de mayo contra el presidente Nicolas Sarkozy, debido en gran
parte a que el líder conservador no ha podido cumplir su promesa de
reducir el desempleo en la segunda mayor economía de la zona euro.
Sarkozy, que se convertiría en el primer presidente en perder un
intento de reelección en más de 30 años, recibió un nuevo golpe el
jueves, cuando la tasa de paro alcanzó su nivel más alto desde
septiembre de 1999. El desempleo en Francia no ha caído por debajo del 7
por ciento en 30 años.
Hollande dijo que los sindicatos ya estaban advirtiendo de que
las empresas estaban preparando una ronda de despidos para cuando
finalizara la campaña presidencial, en la que Sarkozy ha hecho todo lo
posible para evitar importantes cierres industriales.
"Los sindicatos son conscientes de ello. Se están preparando las
decisiones que han sido pospuestas", dijo Hollande al diario Le Parisien
en una entrevista. "No es nuestra victoria lo que disparará los planes
de despido después de 6 de mayo".
La perspectiva de que un socialista sea presidente francés por
primera vez desde que François Mitterrand dejó el cargo en 1995 no ha
gustado a algunos inversores. La promesa de Hollande de renegociar un
pacto de disciplina presupuestaria inspirado por Alemania para corregir
las finanzas de los gobiernos europeos había despertado temores de un
regreso a lo más profundo de la crisis de la zona euro.
Sin embargo, Hollande advirtió a los líderes empresariales que no
se quedaría parado cuando los trabajadores salieran a la calle.
"Tenemos que decir a estas empresas que no aceptaremos esto sin reaccionar", dijo el periódico.
Grandes empresas francesas que quieren reducir su plantilla están
obligadas por ley a llegar a un acuerdo con los sindicatos y el
gobierno, que a menudo incluye un reciclaje o la recolocación de algunos
trabajadores. Si este plan no es aprobado por las autoridades, los
empleados pueden impugnar sus despidos ante un tribunal.
Hollande ya ha anunciado planes para gravar los ingresos
superiores a 1 millón de euros con un 75 por ciento y un aumento de los
impuestos a las grandes corporaciones, en especial los bancos. Dijo al
periódico que seguiría adelante con sus planes de una pequeña subida
única del salario mínimo en Francia, uno de los más generosos de Europa.
"La magnitud del aumento tendrá que ser pequeña, dada la
situación económica, sobre todo para muchas pequeñas empresas", dijo
Hollande, quien propone indexar el salario mínimo no sólo a la
inflación, sino también al crecimiento económico.
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