LONDRES.- La agencia de rating Fitch ha bajado dos escalones la calificación de la deuda portuguesa desde 'A+' hasta 'A-', la ha mantenido en perspectiva negativa tras la dimisión de su primer ministro y el rechazo de su nuevo plan de austeridad, y lo ha dejado en revisión para otro posible recorte. La rebaja se produce un día después de que el parlamento luso rechazara el cuarto plan de ajuste en doce meses propuesto por el Gobierno socialista. La negativa de los diputados portugueses provocó la dimisión anoche del primer ministro, Jose Socrates.
"La rebaja refleja el incremento de los riesgos a la implementación de las políticas fiscales tras el rechazo del Parlamento a las medidas de consolidación fiscal y la dimisión del primer ministro", explicó Douglas Renwick, director del grupo de deuda soberana en Fitch.
La agencia ya redujo el rating del país el pasado 23 de diciembre a A+ con perspectiva negativa, y entonces advirtió de que más medidas adiciones serían necesarias para cumplir con sus objetivos de déficit.
Según Fitch, el fracaso para aprobar estas medidas y la consecuente incertidumbre política ha debilitado la credibilidad del programa de reformas portugués. Además, por consiguiente, ha incrementado la probabilidad de que Portugal necesite ayuda a corto plazo, dada las dificultades que tiene el país para acceder al mercado a unos tipos asequibles.
En cuanto al futuro, Fitch cree que los riesgos se han incrementado desde diciembre, ya que a pesar de haber obtenido 11.300 millones en el mercado, ha afrontado pagos por valor de 10.800 millones, hay que sumar vencimientos por valor de 4.300 y 4.900 millones en abril y junio, respectivamente.
"Dado que no han mejorado las condiciones de financiación, Fitch asume que Portugal no podrá mantener un acceso asequible al mercado bajo el escenario base", según Renwick.
Por otro lado, la perspectiva negativa indica el incremento de las posibilidades de una nueva rebaja en los próximos 3-6 meses. La agencia asegura que si no hay un plan de rescate acordado con el FMI y la UE, la calificación crediticia de Portugal podría caer, y probablemente de más de un escalón.
Además, añade Fitch, la perspectiva negativa está influenciada por las perspectivas económicas y fiscales del país, incluyendo el coste potencial de una inyección al sistema bancario portugués.
"La rebaja refleja el incremento de los riesgos a la implementación de las políticas fiscales tras el rechazo del Parlamento a las medidas de consolidación fiscal y la dimisión del primer ministro", explicó Douglas Renwick, director del grupo de deuda soberana en Fitch.
La agencia ya redujo el rating del país el pasado 23 de diciembre a A+ con perspectiva negativa, y entonces advirtió de que más medidas adiciones serían necesarias para cumplir con sus objetivos de déficit.
Según Fitch, el fracaso para aprobar estas medidas y la consecuente incertidumbre política ha debilitado la credibilidad del programa de reformas portugués. Además, por consiguiente, ha incrementado la probabilidad de que Portugal necesite ayuda a corto plazo, dada las dificultades que tiene el país para acceder al mercado a unos tipos asequibles.
En cuanto al futuro, Fitch cree que los riesgos se han incrementado desde diciembre, ya que a pesar de haber obtenido 11.300 millones en el mercado, ha afrontado pagos por valor de 10.800 millones, hay que sumar vencimientos por valor de 4.300 y 4.900 millones en abril y junio, respectivamente.
"Dado que no han mejorado las condiciones de financiación, Fitch asume que Portugal no podrá mantener un acceso asequible al mercado bajo el escenario base", según Renwick.
Por otro lado, la perspectiva negativa indica el incremento de las posibilidades de una nueva rebaja en los próximos 3-6 meses. La agencia asegura que si no hay un plan de rescate acordado con el FMI y la UE, la calificación crediticia de Portugal podría caer, y probablemente de más de un escalón.
Además, añade Fitch, la perspectiva negativa está influenciada por las perspectivas económicas y fiscales del país, incluyendo el coste potencial de una inyección al sistema bancario portugués.
La crisis política ha aumentado las tensiones en los mercados. De hecho, Fitch explica su decisión en el aumento del riesgo a partir del rechazo parlamentario y la salida del mandatario.
"El hecho de no aprobar las medidas de ayer y la incertidumbre política que siguió ha debilitado la credibilidad del programa de Portugal, la reforma fiscal y estructural", explica la agencia en un comunicado. Fitch explica que el fracaso del trámite aumenta "significativamente las posibilidades de que Portugal requiera apoyo multilateral en el corto plazo, dada su menor capacidad para retener el acceso a los mercados".
Ahora también se refiere a un posible recorte a corto plazo. "A falta de un calendario y un programa creíble de apoyo acordado con el FMI y la UE, la calificación de la deuda soberana puede ser rebajada otra vez", indica la nota de la agencia.
Fitch rebajó también la nota de Portugal el pasado 23 de diciembre y colocó al Estado luso en perspectiva negativa.
La semana pasada, Moody's también rebajó dos niveles desde 'A1' a 'A3' la nota de los bonos soberanos lusos por la incertidumbre.
Pese a que muchos dan por hecho que el país terminará aceptando un rescate de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional, los políticos portugueses se resisten. El ministro luso de la Presidencia, Pedro Silva Pereira, aseguró hoy al término de un consejo de ministros que la economía portuguesa "tiene condiciones para resistir" e insistió en que el Ejecutivo socialista de José Sócrates hará "todo lo que esté a su alcance" para no llegar a la intervención financiera.
Por su parte, el dimitido Socrates se ha reunido hoy antes de la cumbre europea que se celebra hoy en Bruselas con la canciller alemana, Angela Merkel.
"Estoy aquí con una sola preocupación, que es defender a Portugal porque alguien tiene que pensar en el país, y también para defender a la moneda única y al proyecto europeo", afirmó.
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