jueves, 17 de febrero de 2011

Instan a disminuir la desigualdad para reducir la tensión social en Latinoamérica

PANAMÁ.- Latinoamérica no es el continente más pobre del mundo, pero es donde hay mayores desigualdades y un amplio sector de la población se ve excluido del desarrollo, según Nigel Chapman, presidente de la organización humanitaria Plan. 

En una entrevista en Panamá, donde esta organización de ayuda a la infancia mantuvo esta semana una reunión sobre sus estrategias, Chapman aseguró que en cuanto a desarrollo Latinoamérica y Asia "están logrando progresos significativos en muchas áreas".
"A mi me gusta ser optimista" respecto a la situación de la niñez en Latinoamérica. "En esta parte del mundo, por ejemplo, se está avanzando más rápido en escolarización que en el resto. Ese es un signo positivo", aseguró el máximo directivo de la ONG.
"Pero hay sectores en los que (la región) no está tan bien (...) Las tasas de crecimiento económico están beneficiando a un sector de la población, pero hay grupos que se ven excluidos y que se están quedando rezagados", agregó.
Chapman, que hace poco más de dos años puso fin a una carrera de 30 años en la BBC para dirigir Plan, una de las principales organizaciones internacionales de ayuda a la infancia, aseguró que desde su "punto de vista esa es la cuestión principal".
"Los niveles de educación de las clases medias y altas están cada vez mejores, pero las poblaciones excluidas, los grupos indígenas, los afrodescendientes, los de las zonas apartadas se están quedando atrás, y para esos niños cada vez hay menos recursos", apuntó por su lado Roland Angerer, director regional de Plan para Latinoamérica.
Nigel Chapman afirmó que ese es un factor que genera "tensión social" y rechazó el hecho de que el progreso se deba lograr a expensas de una parte de la población.
"Existía la teoría de que aumentar el producto interior bruto (PIB) de estos países era suficiente para que se distribuyera entre la población, pero ya sabemos que esa es sólo parte de la solución. El crecimiento económico aumenta la riqueza, pero no es suficiente, porque la desigualdad en la distribución hará aflorar tensiones sociales", agregó este británico de 55 años.
Plan, dijo, centra su trabajo en la sanidad, el desarrollo de la niñez en general, en enfermedades como el VIH, pero considera especialmente decisivo mejorar la educación, porque "es el factor más importante para sacar a la niñez de la pobreza y porque contribuye a que la riqueza vaya a la familia y a la comunidad".
Uno de los programas más emblemáticos de Plan está dirigido a las niñas y actualmente se desarrolla en Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Haití, la República Dominicana, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Paraguay y Brasil".
"Sabemos que si invertimos en las niñas y en sus derechos cuando son pequeñas, para que eventualmente no abandonen la escuela, cuando se conviertan en jóvenes mujeres van a tener más éxito económico y eso se va a reflejar en sus familias y comunidades", declaró.
Sin llegar a afirmar directamente que las mujeres son más solidarias que los hombres, Chapman dijo creer que éstos "no son tan buenos como las mujeres a la hora de invertir los frutos de su trabajo en sus familias y sus comunidades".
Respecto a la ayuda al desarrollo, se quejó de que muchas naciones ricas del G-20 no han cumplido sus promesas, y que sólo dos o tres han honrado su compromiso de aportar un siete por ciento del PIB.
Sobre la responsabilidad social de las grandes empresas Chapman dijo que es un asunto en el que se ha avanzado mucho, pero indicó que en realidad se trata de una "cuestión de interés".
"Les interesa que los niños reciban una buena educación, porque es algo que va a suponer un aporte a su organización en el futuro", afirmó, y añadió que a las empresas les interesa cada vez más trabajar con las ONGs porque "saben que contribuyen a la estabilidad social y que tienen que pensar en un mundo más amplio".
Afirmó que los programas de ayuda de Plan no se han visto afectados por la crisis económica e indicó que ellos intentan llegar a sectores más marginados como las niñas, los niños de las minorías, los que tienen discapacidad, los que habitan en zonas muy aisladas, los desamparados o los que viven en familias muy pobres.
"Los niños más pobres del mundo no están en este continente, están en África (...) pero (la desigualdad) es un asunto que tienen que abordar los países de este continente", afirmó.

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