sábado, 1 de enero de 2011

Estonia dice adiós a su corona para pasar al euro

TALLINN.- Estonia, uno de los tres países bálticos que formaban parte de la ex Unión Soviética, adoptó este sábado el euro, símbolo de su anclaje a la Unión Europea (UE), en una medida tendente a profundizar su integración económica con el bloque regional, y convirtiéndose así en el 17º miembro de la Eurozona, pese a la crisis a la que se enfrenta esa moneda y que podría significar que países más grandes del este europeo tarden años en entrar en la unión monetaria. 

El pequeño estado báltico comenzó a cambiar la moneda desde la corona estonia, o kroon, al euro a partir de la medianoche tras las celebraciones oficiales en la capital Tallin, en las que estuvo presente el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, y los primeros ministros de los vecinos Letonia y Lituania.
El cambio marca la culminación de la exitosa transición del país desde un ex estado soviético, que declaró su independencia en 1991.

El primer ministro de Estonia, Andrus Ansip, se convirtió en la primera persona de su país en retirar billetes en euros de un cajero automático instalado en la casa de ópera en el centro de Tallin, la capital.
Igual que Ansip, el comisionado de Transporte de la Unión Europea, Siim Kallas; así como los primeros ministros Andrius Kubilius, de Lituania, y Valdis Dombrovskis, de Letonia, también retiraron euros de la máquina.
Los cuatro personajes mostraban al frente sus billetes nuevos en euros ante una multitud de 5.000 personas animadas que desafiaron el frío para asistir al espectáculo de fuegos artificiales que iluminaron la noche con motivo de la llegada del año nuevo y el advenimiento de una nueva era económico-financiera para Estonia.
"El euro es primero y antes que nada garante de nuestra seguridad. Ahora somos miembros plenos de la segunda región económica más grande del mundo, con las responsabilidades consecuentes", manifestó Ansip después de retirar sus euros.
El euro se convirtió en el primer minuto del sábado en la nueva moneda de Estonia y sustituirá a la corona local.
"El euro es algo bueno. El mundo tal vez nos verá ahora como una nación desarrollada", dijo Erik Villemson, universitario de 21 años.
Estonia, de 1.300.000 habitantes, es la primera ex república soviética que se suma a la llamada eurozona, integrada por los países de la Unión Europea que utilizan al euro como moneda común.
La medida era el paso final en los esfuerzos de dos décadas de Estonia por integrar su economía con Europa después de que se independizara en 1991.
La adopción de la moneda común por parte de Estonia tiene importancia simbólica para la eurozona en especial ante los embates del euro en los mercados por los rescates financieros masivos que se concertaron para salvar de la insolvencia a Grecia e Irlanda.
El PIB de Estonia de 19.000 millones anuales es insignificante en comparación con los 12,5 billones de euros del conjunto de países de la eurozona. El euro es la principal moneda de 330 millones de europeos.
Antes del cambio de moneda, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, dio la bienvenida a Estonia en la eurozona y afirmó que el euro impulsará la economía de ese país y enviará un mensaje de firmeza a todos los integrantes de la Unión Europea.
Desde medianoche, 1,3 millones de estonios dijeron adiós en forma definitiva a su moneda, la corona, que había reemplazado al rublo soviético en 1992, tras la independencia de la URSS.
Estonia es el tercer país ex comunista en adoptar el euro, luego de Eslovenia en 2007 y Eslovaquia en 2009.
"Estonia es el país más pobre de la zona euro. Tenemos mucho por hacer ahora que se alcanzó el objetivo de adherir", declaró el primer ministro estonio, Andrus Ansip, al saludar un momento histórico celebrado en Tallin con un espectáculo de fuegos de artificio al que asistieron miles de personas.
El jefe de gobierno retiró el primer billete de euro de un distribuidor automático, instalado para la ocasión en la Opera Nacional de Tallin.
"Es un paso pequeño para la zona euro y un salto gigante para Estonia", lanzó Ansip.
"Con la entrada de Estonia en la zona euro, más de 300 millones de europeos utilizan ahora los billetes y monedas en euros. Esto refleja bien el atractivo y la estabilidad del euro para los Estados miembros de la Unión Europea", dijo el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, en un comunicado difundido el viernes en Bruselas.
"Al entrar en la zona euro, Estonia se suma una vez más a Europa", indicó a la AFP el presidente estonio Toomas Hendrik Ilves.
La mayoría de los sondeos mostraban que el 50% de los estonios apoyan el cambio, mientras que 40% se oponen.
El rechazo de una parte de la población al euro se manifestó en afiches visibles el viernes en Tallin.
"¡Estonia! Bienvenida al Titanic", proclamaban esos afiches, pegados en cestos de basura, para comparar a la Eurozona -sumida en una grave crisis- con el célebre transatlántico que naufragó.
Muchos estonios temen un alza de los precios y se inquietan de las dificultades que atraviesa el euro, mientras que otros extrañan su moneda, nacida un año después del divorcio con la URSS.
La corona seguirá en circulación en forma paralela al euro hasta mediados de enero. Podrá ser cambiada en ciertos bancos hasta fines de 2011 y por un periodo ilimitado en el Banco Central de Estonia.
Estonia, llamada el "tigre del Báltico" por su rápido paso de una economía centralizada a una de mercado y por su impresionante crecimiento, ya había intentado integrar la zona euro en 2007, pero su elevada inflación se lo impidió.
Su economía sufrió en 2009 una recesión de 14,1% -una de las mayores del mundo- a causa de la crisis global, pero se espera que su PIB (Producto Interno Bruto) crezca un 2,5% en 2010 y un 3,9% en 2011.

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