Los 65.000 metros cúbicos de agua, suficientes como para llenar 20 piscinas olímpicas, fueron descubiertos en julio en el glaciar Tete-Rousse por investigadores del Centro Nacional para la Investigación Científica (CNRS).
En 1892, el agua atrapada en el mismo glaciar reventó e inundó el valle, causando la muerte de unas 200 personas.
Entre cinco y 10 ingenieros que trabajan contrarreloj podrían vaciar la bolsa de agua a través de agujeros taladrados especialmente en la cima del macizo.
El bombeo podría drenar 150 metros cúbicos de agua por hora, que serían liberados en otro glaciar a un ritmo pausado.
"Con el comienzo del bombeo, la presión del agua será mucho menor y por tanto, el riesgo de reventarla y provocar una inundación se reduciría drásticamente", dijo Nicolas Carre, supervisor a cargo del sitio.
Las autoridades señalaron que no se descarta que el agua pueda ser atrapada de nuevo en los próximos meses o años.
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