En comunicado, la agencia destaca que el sistema bancario holandés se ha caracterizado por los grandes trastornos sufridos desde el último año, pese a que las repercusiones de la crisis financiera global han continuado descendiendo, como demuestra la reestructuración del sector.
En este sentido, subraya que esta reforma implica tanto la consolidación como la fragmentación de las principales entidades, y considera que es amplia, porque afecta a gran parte del sistema financiero holandés, y profunda, porque provocará una cambio duradero y profundo. Sin embargo, Moody's apunta que, pese a las mejoras producidas el pasado año, éstas son "insuficientes" para compensar los riesgos que existen.
El vicepresidente de Moody's, Nick Hill, reconoce que el entorno operativo es mejor que hace un año, como demuestra la vuelta al crecimiento económico, unos balances más conservadores en los bancos y incremento de la capitalización, todo en parte debido a la intervención del Gobierno holandés.
"Sin embargo, la magnitud y oportunidad de las sinergias y otros beneficios que se pueden esperar de la importante reestructuración de la mayor parte de los actores clave del sistema bancario holandés siguen sin estar claros, al igual que la naturaleza y la duración de la participación del Gobierno".
En este sentido, recalca que los bancos aún se enfrentan a significativos riesgos operativos; a la posibilidad de una menor demanda y un mayor coste de los créditos, debido principalmente a un bajo crecimiento de la economía doméstica; y a la fragilidad general de la recuperación en la Unión Europea.
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