En concreto, según los datos previos a la crisis, las empresas familiares alemanas son las que tienen una tasa de rentabilidad financiera más alta, con un 36% comparado con el 24,9% de la media europea, generan valor añadido por valor de 65,2 millones de euros, facturan de media 236,3 millones de euros y emplean a 984 asalariados.
En un segundo grupo se sitúan las empresas de Francia, Italia y España, que se mueven en unas cifras similares. Las españolas son las que mejor se sitúan en términos de empleo, ya que en los años de bonanza entre 2005 y 2007 generaron cada una 110 empleos, una cifra superior a la registrada en las compañías francesas e italianas.
Sin embargo, estas últimas ganan en facturación con 216 millones de euros, seguidas por las francesas con 130,5 millones y las españolas con 134,3 millones de euros.
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