El acuerdo obliga a Bélgica, que reconoce el secreto bancario en su legislación, a intercambiar información efectiva en materia tributaria siguiendo los estándares de la OCDE. Ello significa que la Agencia Tributaria "dispondrá, a partir del 1 de enero de 2010, de toda la información fiscal necesaria para el control adecuado y efectivo de los contribuyentes españoles con rentas y patrimonio en Bruselas", según dijo el ministerio de Economía y Hacienda en un comunicado.
El nuevo convenio "supone un apreciable avance en cuanto a los instrumentos de prevención del fraude fiscal y tendrá un importante efecto disuasorio para la realización de operaciones que tengan por finalidad el fraude fiscal internacional", afirmó el ministerio.
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