viernes, 27 de noviembre de 2009

El calentamiento global alarma a los viticultores franceses

PARÍS.- El calentamiento global está dando a los viticultores franceses un nuevo posible dolor de cabeza: en unos pocos años el champán británico podría equipararse al galo.

Una prominente organización de la afamada industria vinícola francesa sonó la alarma el viernes sobre los efectos de las temperaturas crecientes en la actividad de los cultivadores, en anticipo a una reunión cumbre sobre el clima en Copenhague el mes próximo.

El cambio climático ha acelerado las cosechas en Borgoña, ha alterado el sabor de los vinos alsacianos y perturbado los patrones de hidratación de las uvas cultivadas en la costa mediterránea francesa, dijo un experto.

Michel Issaly, presidente de Vigneron Independant, una asociación vinícola francesa que dice representar la mitad de la producción total de vino en Francia, dijo que las consecuencias económicas son severas.

"Para los consumidores a quienes les agrada la coherencia, si las cosas van demasiado lejos y el gusto cambia fundamentalmente, nos arriesgamos a perder buena parte de la cuota del mercado", advirtió a la prensa en una feria del vino parisina.

Las áreas donde el vino puede cultivarse se están desplazando hacia el norte en Europa. Hace cuatro o cinco décadas era "completamente absurdo" pensar que podían cultivarse vinos significativamente en Gran Bretaña, dijo Issaly.

"Pero éste es un ejemplo a gritos de las consecuencias del calentamiento global. Debido a las temperaturas crecientes, pueden cultivar vino en Gran Bretaña".

"Sabemos _lo hemos hablado con nuestros colegas británicos_ que en unos pocos años serán capaces de producir vino parecido (en gusto) al champán", agregó.

Las recientes pautas climáticas han producido más granizadas en algunas zonas francesas. La temperatura creciente puede secar cultivos, privar a las uvas de su acidez y aumentar el contenido alcohólico del vino.

"Durante decenas e incluso centenares de años, el grado del alcohol fluctuó entre 10 y 12 grados. En el 2003 estábamos viendo entre 13 y 13 1/2", precisó Issaly. "Hoy hemos subido súbitamente a 15 grados en algunas regiones. Eso presenta problemas".

La mayoría de las preocupaciones son a largo plazo, aclaró.

Si las temperaturas siguen subiendo, las uvas como las de Pinot Noir, que rechazan demasiada luz solar, "podrían desaparecer de una gran parte de Borgoña" en los próximos 20 a 30 años, acotó.

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