Las pérdidas de 2008 se debieron en gran medida a la escalada del precio del petróleo, que alcanzó su máximo pico en julio del año pasado. Ahora, cuando los precios del crudo se han normalizado, TAP se enfrenta a un descenso en la demanda de vuelos, como consecuencia de la crisis financiera internacional.
En los primeros dos meses de 2009, la aerolínea perdió 9.000 pasajeros, respecto al mismo período del año anterior. Esta situación obligó a la empresa a redimensionar sus operaciones, y para ello cortaron el número de vuelos.
Desde enero hasta marzo, TAP canceló 2.190 vuelos, ahora, en los próximos tres tiene previsto cortar 2.400 vuelos más. En total, en el primer semestre de este año, TAP cancelará 4.590 vuelos.
Esta medida de ahorro de costes va a incidir especialmente en las rutas europeas, ya que es aquí donde la compañía tiene más frecuencias, lo que facilita la transferencia de pasajeros con reservas ya efectuadas a otros vuelos.
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