miércoles, 18 de marzo de 2009

Obama lleva a California mensaje de recuperación económica

SAN FRANCISCO.- El presidente Barack Obama se autodefinió el miércoles como un funcionario electo que busca ayudar a que el estadounidense promedio enfrente a los arraigados intereses de algunos grupos en Washington y Wall Street, sin importar el costo político.

Cuando una mujer, durante un acto en California, le preguntó a Obama si planea buscar la reelección en el 2012, el mandatario respondió: "Si yo pudiera hacer lo que pienso que debe hacerse en cuatro años, y si ello significara incluso que yo fuera presidente durante sólo cuatro años, preferiría ser un buen presidente para enfrentar los temas difíciles por cuatro años que ser un presidente mediocre durante ocho años".

Obama defendió su ambicioso plan de reestructurar las políticas de salud, energía, educación, impuestos y gasto, en los próximos meses.

"Sé que algunas personas en Washington y en Wall Street dicen que deberíamos concentrarnos sólo en un problema a la vez: 'nuestro problema'", dijo Obama.

"Pero así no funcionan las cosas", añadió ante unos 1.300 asistentes a un auditorio. "Uno no tendría que elegir entre pagar su hipoteca o sus gastos médicos".

El gobierno debe atender múltiples desafíos a la vez, señaló.

El mandatario se dijo contento de viajar fuera de Washington, porque las conversaciones y el clima son mucho más agradables en el sur de California.

Visitó el área el miércoles, para promover su plan de estímulo económico por 787.000 millones de dólares y para grabar el jueves un programa del "Tonight Show" con Jay Leno.

Obama dijo que la gente en Washington suele ocuparse en definir quién tiene la culpa de los problemas y no en resolverlos. Invitó a la gente a seguir su ejemplo, señalando que él no causó la crisis económica que enfrenta el país, pero debe resolverla.

Agregó que las disputas políticas han afectado el país, y prometió que llegarán días mejores.

Más temprano, en Washington, Obama afirmó que nadie en su gobierno creó los problemas que aquejan a la enorme firma aseguradora AIG, incluyendo los controversiales bonos abultados a sus ejecutivos, pero dijo que no transferirá a otros la responsabilidad de solucionar el problema.

En los jardines de la Casa Blanca, Obama defendió enérgicamente a su acosado secretario del tesoro Timothy Geithner.

Algunos conjeturaron que el cargo del secretario peligraba por la manera en que manejó la situación creada por los millones de dólares en bonos que American International Group Inc. está dando a sus ejecutivos, aun recibiendo un cuantioso rescate financiero por parte del gobierno.

"Nunca ha habido un secretario del tesoro _quizás Alexander Hamilton, justo después de la Guerra Revolucionaria_ que haya tenido que lidiar con los múltiples asuntos con los que el secretario Geithner está lidiado a la vez", dijo Obama, al lado de Geithner.

"Y lo está haciendo con inteligencia y diligencia. Nadie trabaja más duro que él", agregó. Y dijo que Geithner "está haciendo las mejores jugadas pese a las cartas que le tocaron".

El presidente censuró enérgicamente a AIG por sus prácticas comerciales que condujeron a la necesidad de una infusión de decenas de millones de dólares en dinero de los contribuyentes.

"No quiero aplacar la indignación. Creo que la gente tiene derecho a estar indignada. Yo lo estoy", afirmó. "Pero lo que quiero que hagamos es canalizar nuestra indignación de un modo constructivo".

Agregó que junto con su equipo económico han iniciado discusiones con líderes del Congreso para apurar una legislación que cree otra entidad reguladora para gobernar la disolución de instituciones financieras gigantescas como AIG, que de ser liquidada de una vez podría ejercer un impacto desastroso en todo el sistema financiero.

Obama dijo que el Congreso debería aprobar leyes que permitan regular las instituciones financieras como AIG, de manera que su quiebra no "deje el fardo" a los contribuyentes.

Desde el jardín de la Casa Blanca, momentos antes de viajar a California, Obama calificó las bonificaciones para los directivos de AIG de "indignantes". Pero dijo que el problema es más profundo.

"Es igualmente indignante la cultura de la cual esas bonificaciones son un síntoma, que ha existido por demasiado tiempo: exceso de codicia, exceso de remuneración, exceso de temeridad", dijo el presidente.

"A medida que trabajamos para salir de la recesión, espero que Wall Street y el mercado no piensen que podemos volver a hacer las cosas como se hacían hasta ahora".

"La responsabilidad es exclusivamente mía", dijo Obama a la prensa.

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