lunes, 24 de noviembre de 2008

Felipe González se ha divorciado y mudado al barrio madrileño de Salamanca

MADRID.- El ex presidente del Gobierno español, el socialcristiano Felipe González, y su mujer, Carmen Romero, ex diputada socialista por Cádiz, se han divorciado, según los que más les conocen, porque el aburrimiento ha hecho mella en su matrimonio. No es un acto de locura de ninguno de los dos cónyuges. Su relación siempre ha estado marcada por una gran discreción.

Tras casi cuatro décadas de matrimonio y después de meses de rumores sobre una posible separación, hoy se ha sabido que la pareja ya llevaba varios años realizando vidas separadas. Todo indica que su círculo más cercano conocía esta esta situación pero hasta hoy no han decidido hacerla pública.

Pero ha debido de ser algo más que el aburrimiento, algo más en forma de mujer, porque el ex presidente ya tiene una nueva pareja, según la prensa madrileña. No se trata de algo precipitado sino de una decisión meditada pues la pareja ya llevaba varios años sin vida conyugal.

Felipe González continúa pronunciando conferencias, sobre todo en países iberoamericanos, y sigue también con su afición al diseño de bisutería. Y Carmen Romero es actualmente presidenta del Círculo Mediterráneo.

Quizás sus reponsabilidades profesionales y los continuos viajes de él han aumentado el distanciamiento entre la pareja, que como queda dicho, hacía tiempo que llevaba vidas separadas, y han sido algunas de las causas que han deteriorado una relación que ya llevaba tiempo haciendo aguas.

Los medios han contado que Felipe González comparte su vida con María del Mar García, una mujer divorciada y no tan joven como otros habían anunciado. Ambos viven en Madrid, en el barrio de Salamanca.

Felipe González y Carmen Romero, que llevaban casados desde 1969 y tienen tres hijos, Pablo, David y María, ya mayores e independentes, que los han convertido en abuelos.

Ambos se conocieron en Sevilla por medio de unos amigos comunes. En aquel momento el ex presidente del Gobierno mantenía una relación con una compañera de clase de Carmen Romero, que no dudó en finalizar para cortejar a la que ha sido su esposa durante 37 años.

Tras 24 meses de noviazgo, la pareja contrajo matrimonio por poderes y civilmente el 17 de julio de 1969 en una ceremonia en la que el ex alcalde de Sevilla, Luis Uruñuela, representó al novio porque éste se encontraba en Burdeos en una reunión del PSOE en el exilio.

El novio llegó a la capital andaluza al día siguiente y fue entonces cuando tuvo lugar la ceremonia religiosa en el monasterio de Loreto (González apareció en el Renault 8 de Alfonso Guerra). Toda la celebración se llevo a cabo en un ambiente íntimo, donde los contrayentes sólo contaron con la presencia de sus padres y de algunos amigos.

A todas estas peculiaridades, hay que sumar que no hubo marcha nupcial que anunciara el comienzo de la ceremonia, ni se realizaron fotografías. El matrimonio pasó su luna de miel en Francia.

Aunque los primeros años de matrimonio los pasaron en Sevilla, en 1975 se trasladaron a Madrid con sus dos hijos mayores y tres años después nació María. En esa época la pareja se mostró muy unida y derrochaba complicidad. Carmen fue la que le puso a González el sobrenombre de 'Isidoro' en 1969, y durante las campañas electorales posteriores nunca lo dejó solo.

El 28 de octubre de 1982 cambió la vida del matrimonio. González y Romero trasladaron su residencia de un piso en el barrio de la Estrella al Palacio de la Moncloa.

No obstante, durante la primera etapa como esposa del presidente, Carmen no varió mucho su ritmo de vida, salvo breves periodos de excedencia en su trabajo. Ni los viajes presidenciales, ni las obligaciones del nuevo cargo le impidieron continuar ejerciendo como profesora de literatura y salvaguardar al máximo la intimidad de su familia y la educación de sus pequeños.

A pesar de que siempre ha sido 'la esposa de...', Carmen Romero ha sabido mantener su independencia y su personalidad. Es más, a pesar de sus escasas apariciones ante la prensa durante la primera legislatura de su marido, fue galardonada con el premio Naranja. Romero entró como diputada en el Congreso en 1989.

Tras su salida del poder, Felipe González y Carmen Romero se trasladaron a vivir a un chalet a Somosaguas donde han pasado los últimos años.

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