El informe pone de manifiesto que la creación de una auténtica industria mundial de biocombustibles será más difícil de lo previsto, dados los problemas existentes tanto en los mercados de materias primas como en la producción, transporte y distribución de los mismos.
Así, desde el punto de vista medioambiental, el crecimiento del mercado dependerá de la demostración de los beneficios asociados a los biocarburantes ante los automovilistas y las empresas del sector. "El debate sobre alimentos frente a combustibles podría ralentizar la demanda, pero ésta existirá siempre que las administraciones gestionen correctamente las cuestiones de sostenibilidad", indica Accenture.
Por lo que respecta a la distribución, el informe constata la existencia de problemas ligados con la integración de los biocarburantes en la cadena de valor de los combustibles ya consolidados. Además, el estudio advierte de que resulta difícil justificar la inversión por adelantado en infraestructuras cuando son inciertos los beneficios y las dimensiones finales del mercado.
Otras de las conclusiones de este estudio apuntan a la llegada de biocarburantes de segunda generación y a la necesidad de que el mercado de estos productos adquiera en la próxima década una dimensión global y eficiente, antes de que tecnologías competidoras como vehículos híbridos o eléctricos entren en el circuito principal.
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