martes, 18 de marzo de 2008

El presidente del Ifo afirma que la 'fiesta' económica se ha terminado

MUNICH.- El 'boom' económico global experimentado durante los cuatro últimos años, el mayor desde los años 70, ha llegado a su fin, según el presidente del prestigioso instituto económico alemán Ifo, Hans Werner Sinn, quien afirma que "ocurra lo que ocurra, la fiesta se ha acabado".

En un artículo publicado en el diario 'The Japan Times', el economista alemán señala que la economía de EEUU "se tambalea hacia la recesión", y rechaza la idea del 'decoupling' al indicar que la contribución de EEUU al PIB mundial, del 28%, es superior a la aportación del conjunto del continente asiático.

"En algún momento, el mundo podrá no coger un resfriado cada vez que EEUU estornude, pero eso está bastante lejos de ser verdad en estos momentos", dice Sinn, quien apunta que el 21% de las exportaciones chinas y el 23% de las exportaciones de la Unión Europea fuera del bloque se dirigen a EEUU, por lo que concluye que "el mundo no puede evitar ser arrastrado por el desplome de EEUU".

Asimismo, el presidente del Ifo recuerda que la última encuesta mundial de perspectivas económicas elaborada por el instituto germano confirmaba el empeoramiento de la valoración de la actual coyuntura económica, así como de las expectativas para los seis próximos meses, y señala que el indicador correspondiente a EEUU se encuentra actualmente por debajo de los niveles registrados tras el 11-S, lo mismo que sucede con el índice de confianza de los consumidores de la Universidad de Michigan.

"Durante muchos años, EEUU ha vivido por encima de sus posibilidades (...) Año tras año, EEUU ha vendido sus activos al exterior y disfrutado un alto nivel de vida en casa. Ya no ocurrirá más. El mundo se ha dado cuenta", afirma el economista.

"Los bancos de todas partes están aprendiendo por la vía dura que la deuda con la que EEUU financiaba su 'boom' consumista no será necesariamente reembolsada. Las titulizaciones hipotecarias que los bancos estadounidense lograron colocar por todo el mundo no son comparables a los activos europeos de parecida denominación", indica.

En este sentido, Sinn apunta que en Europa, particularmente en Alemania, las titulizaciones hipotecarias son activos "ultraseguros", mientras que en EEUU este tipo de valores son como "billetes de lotería".

"Numerosos bancos europeos parecen no haber comprendido ésto y todavía intentan eludir la revelación de estas inversiones dudosas en sus balances y las colocan en complejos vehículos de inversión ('conduits') con sede en paraísos con una fiscalidad relajada", añade el economista.

Estos 'conduits' están registrando pérdidas "gigantescas" que deben ser cubiertas por los bancos, algunos de los cuales han caído en bancarrota. "Esta primavera mostrará las amortizaciones necesarias en los balances, pero la verdad completa no se conocerá antes de la primavera de 2009, cuando se publiquen las cuentas de 2008".

Por otro lado, el presidente del Ifo constata que pese a la debilidad del dólar frente al euro esgrimida por muchos analistas, ésta no es mayor que la sufrida por el 'billete verde' frente al marco alemán en 1992.

Asimismo, el economista advierte de que, aunque las acciones de la Bolsa estadounidense parecen haberse mantenido bastante al margen de la pérdida de valor de los activos estadounidenses, "sólo es cuestión de tiempo que caigan también".

"Esta pérdida de valor de los activos estadounidenses es la razón para la probable recesión", señala Sinn, puesto que los consumidores de EEUU, acuciados por las deudas y la pérdida de valor de sus viviendas, deberán reducir su consumo, lo que afectará a EEUU y al resto de países, mientras que las entidades bancarias, ante las pérdidas de capitalización a las que se enfrentan, se verán forzadas a reducir el crédito.

Por otra parte, el presidente del Ifo se muestra poco optimista respecto a los intentos de la Reserva Federal de evitar la recesión mediante agresivos recortes de tipos de interés, mientras que se muestra a la expectativa respecto a los posibles efectos del plan de estímulos e incentivos fiscales promovido por la Casa Blanca, aunque advierte de que "todavía debe verse si será suficiente para evitar la recesión y compensar a los hogares por la pérdida de riqueza sufrida por la depreciación de sus viviendas".

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