MADRID.- El crecimiento económico de España y
el compromiso con la disciplina fiscal que sigue trasmitiendo el país a
los inversores extranjeros, pese a que todavía no se ha formado gobierno
tras las elecciones, explican en buena medida que el bono español a
diez años haya marcado estos días mínimos históricos.
Ni siquiera la cercanía de las elecciones municipales y europeas parece
inquietar lo más mínimo al mercado, ya que, según distintos analistas,
ninguno de los partidos pone en duda la vocación europeísta de España y
ello, en estos momentos, tranquiliza a los grandes fondos que compran
deuda.
El ligero empeoramiento de las perspectivas globales
económicas y el recrudecimiento de la guerra comercial entre EEUU y
China han provocado importantes turbulencias en los mercados de valores,
con caídas que en mayo superan el 4 % de media en los índices europeos.
Esta situación ha llevado a los inversores a decantarse por la renta
fija, incluida la deuda española, que cuenta con una base inversora más
sólida, con un volumen en manos de los bancos españoles menor que en el
pasado y con mayor presencia extranjera.
Al margen
del apetito hacia los bonos que emite regularmente el Tesoro Público, la
demanda de títulos colocados con anterioridad por España y que se
negocian en el mercado secundario ha contribuido a una caída de la
rentabilidad que se exige por ellos.
El bono español a
diez años, que en el pasado se veía afectado por cualquier tipo de
dudas de la periferia europea, ya fueran sobre Grecia, Italia o
Portugal, ahora actúa casi como refugio, con la singularidad de que
ofrece retornos mayores que el de otros países.
Aún
así el interés del bono español a diez años ha ahondado estos días en
zona de mínimos y ayer pulverizó un récord histórico a la baja al cerrar
en 0,863 %, al tiempo que el alemán, referencia en Europa por su
solvencia, acabó en -0,088 %.
Esta diferencia entre ambas rentabilidades, la famosa prima de riesgo española, se sitúa en 95 puntos básicos.
Ello contribuye a que España pueda colocar su deuda en el mercado más
barata, como ha sucedido en la subasta de hoy, en la que el Tesoro ha
captado 3.973 millones de euros en varias denominaciones, que en el caso
de los bonos a cinco años y las obligaciones a diez años han registrado
el interés marginal más bajo de su historia.
Aunque
hay países con una financiación más barata que España como en Francia
(bono a diez años en el 0,323 %), Bélgica (0,418 %) o Irlanda (0,531 %),
sin embargo, comparativamente, la deuda española "es una de las que
mejor evolución ha tenido en los últimos años".
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