martes, 9 de abril de 2019

Rechazado por la calle, el presidente interino de Argelia promete una elección "transparente"

ARGEL.- El recién designado presidente interino de Argelia, Abdelkader Bensalah, un hombre del viejo aparato blanco de las protestas de los argelinos, se comprometió el martes a organizar en 90 días "una elección presidencial transparente y regular", a pesar de la oposición popular.

"Estamos obligados a competir, ciudadanos, clase política e instituciones estatales, para cumplir con las condiciones, todas las condiciones, de una elección presidencial transparente y regular", dijo Bensalah en un discurso televisivo, designado por el Parlamento una semana después de la dimisión de Buteflika tras varias semanas de protestas.
En esta elección presidencial todos los argelinos serán "garantes" de unos comicios que permitirán al pueblo "ejercer su elección libre y soberana", agregó.
También se comprometió a organizar esta elección en 90 días, como está previsto en la Constitución.
El hasta ahora jefe del senado fue nombrado una semana después de la dimisión de Abdelaziz Buteflika, decisión conforme a la Constitución pero contraria a lo que reclaman los argelinos que exigen el fin del "régimen".
El parlamento, reunido en sesión plenaria, tomó nota de la vacancia de la jefatura de Estado y nombró en el cargo por 90 días a Bensalah, de 77 años, presidente del Consejo de la Nación (cámara alta del Parlamento), y considerado un puro producto del "sistema".
El martes a mediodía, miles de estudiantes argelinos bajaron a las calles del centro de la capital para gritar "¡Bensalah, lárgate!" o "¡Fuera el sistema!".
Por primera vez en siete semanas de protestas, la policía usó gases lacrimógenos para intentar dispersar a los manifestantes, según constataron periodistas. También se utilizaron cañones lanza agua.
Pese a ello los estudiantes permanecieron ante el edificio de la Grande Poste, epicentro de movimiento de protesta en Argel.
El expresidente Buteflika de 82 años, con una salud frágil desde el accidente cerebrovascular sufrido en 2013, dimitió el 2 de abril tras 20 años en el poder, bajo la presión a la vez de la calle y del ejercito.
Desde el 22 de febrero los argelinos se manifestaban para que no se presentara a un quinto mandato en las elecciones que debían celebrarse en abril y que el exmandatario acabó aplazando.
Una semana después de la salida del poder de Buteflika, los diputados de la Asamblea Popular Nacional (APN, cámara baja) y del Consejo de la Nación (cámara alta), fueron convocados para nombrar a un nuevo presidente interino.
Abdelkader Bensalah, presidente del Consejo de la Nación desde hace casi 17 años, fue un hombre leal a Buteflika.
"Voy a trabajar para concretar los intereses del pueblo" prometió Bensalah ante el Parlamento. "Es una gran responsabilidad que me impone la Constitución" agregó este hombre que ha sido diputado, embajador, alto funcionario, senador y ha presidido las dos cámaras.
Los argelinos habían vuelto a salir el viernes pasado a la calle para rechazar cualquier implicación del entorno de Buteflika en la transición política.
El principal partido islamista de Argelia, el Movimiento de la Sociedad para la Paz (MSP), que fue durante tiempo apoyo de Buteflika antes de romper con él en 2012, anunció el lunes que boicotearía la sesión parlamentaria en la que se nombró presidente interino a Bensalah, al ser "una posición contraria a las reivindicaciones del pueblo".
Incluso el diario gubernamental El Moudjahid, tradicional vector de los mensajes del poder, sugirió el martes descartar a Bensalah de la presidencia interina.
El problema es que el jefe del Estado mayor del ejército, general Ahmed Gaid Salah, de facto el nuevo líder del país, exige que la sucesión de Buteflika se haga en el marco estricto de la Constitución.
El movimiento popular de protesta exige, por el contrario, que se salga de ese marco y se implementen instituciones de transición que permitan profundas reformas y elecciones libres.
"Ahí sí que tenemos un verdadero problema. El ejército quiere que ello (la transición) se haga en el interior de la Constitución, y la calle que sea en el exterior de la Constitución. Si el ejército no flexibiliza su posición, vamos hacia una ruptura" dijo Rachid Grim, profesor de Ciencias Políticas en el Instituto superior de gestión y planificación (ISGP) de Argel.

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