MÉXICO.- Con una popularidad sin precedentes en la historia reciente de México,
Andrés Manuel López Obrador cumplirá el domingo sus primeros 100 días al
frente del gobierno, una tarea que ha comparado con “empujar un
elefante”.
Acabar con la enraizada corrupción, combatir la pobreza de cuatro de
cada 10 mexicanos y desterrar la ola de violencia del narcotráfico y el
crimen organizado no está siendo fácil para el político de 65 años
conocido por su acrónimo AMLO.
A principios de la semana, en una
de sus conferencias matutinas le preguntaron qué era lo más difícil de
gobernar la segunda economía más grande de América Latina.
“Pues
empujar al animal, porque es como un elefante, con todo respeto a los
elefantes, que camina muy lento, es un cuerpo de avance lento el
Gobierno, porque además no estaba hecho para atender a la gente”,
respondió el politólogo que se postuló a la presidencia en dos ocasiones
antes de alcanzarla en 2018.
Su cruzada contra el robo de
combustibles, que ha desangrado por lustros a la estatal Pemex, le
produjo un ahorro de 5,000 millones de pesos (unos 263 millones de
dólares), según cifras oficiales, pero el 90 por ciento de los detenidos
ya salió de prisión, más de un centenar de personas murieron mientras
“ordeñaban” un poliducto y los intentos por apresar a un capo del
llamado “huachicoleo” han sido infructuosos.
Pero la popularidad
de López Obrador no ha dejado de crecer desde que ganó las
presidenciales en julio del año pasado con el 53 por ciento de los
votos.
Según varias encuestas publicadas recientemente, hasta ocho de
cada 10 mexicanos aprueban su gestión.
“Hasta ahora, me parece
que lo está haciendo bien”, dijo Cirilo Agama, un albañil de 68 años
quien puso como ejemplo la reducción de sueldos de los funcionarios
-empezando por el propio AMLO-, la puesta en venta del avión
presidencial y la negativa de vivir en la residencia oficial y abrirla
al público.
“Los anteriores presidentes eran pura habladuría y
nunca hicieron nada. Los que critican es porque están ardidos, porque ya
no tienen qué robar”, explicó Agama en un barrio acomodado de Ciudad de
México.
“Sin embargo, aún hay muchos robos, muchos asesinatos, eso se
tiene que acabar”.
En los primeros tres meses desde que asumió la
presidencia, los crímenes no han dado tregua y han repuntado, las
agencias calificadoras de riesgo han reducido la perspectiva para la
deuda soberana y de Pemex y diversos organismos le auguran un difícil
panorama económico.
Sin
embargo, el poderoso mandatario, que tiene mayoría en ambas cámaras del
Congreso y entre los parlamentos locales, ha insistido en que su
administración “va bien” y que le está tocando pagar “los platos rotos”
por culpa de los malos gobiernos anteriores.
Los
dos presidentes previos a AMLO usaron sus primeros meses para labrar su
camino: Felipe Calderón introdujo la “guerra contra las drogas” y
Enrique Peña Nieto lanzó, junto con la oposición de entonces, el “pacto
por México” que le permitió sacar adelante reformas constitucionales
como la energética.
AMLO tiene un brillo propio. No sólo acapara
las comunicaciones del Gobierno sino que con sus conferencias de prensa,
que celebra de lunes a viernes desde las siete de la mañana, ha
cambiado la dinámica de las noticias en el país.
Como cuando fue
alcalde de Ciudad de México entre 2000 y 2005, el mandatario dicta la
pauta noticiosa. Cuando los lectores abren los periódicos con las
noticias del día anterior, López Obrador ya ha posicionado otras.
“Es
un gran contraste con los otros presidentes. Escuchas a López Obrador a
las siete de la mañana y dices: ‘si este cuate se levanta temprano,
realmente me identifico con él porque a esa hora yo también estoy arriba
del metrobús’”, opinó Antonio Ocaranza, consultor y exportavoz del
presidente Ernesto Zedillo.
“Han sido 100 días muy positivos para el presidente”, agregó.
Según
Ocaranza, AMLO ha usado sus maratónicos discursos para instaurar “la
narrativa” de que necesita tiempo para implementar su “cuarta
transformación” ya que ha heredado un país en ruinas.
Tradicionalmente,
los primeros 100 días son considerados un período de gracia, una luna
de miel. Por ello, analistas creen que, desde diciembre, cuando ya se
pueda comparar interanualmente al mandatario, los problemas podrían
empezar.
“Estos niveles de popularidad son probablemente insostenibles y disminuirán con el tiempo”, dijo la firma Eurasia.
Sin embargo, gran parte de los mexicanos no piensa lo mismo.
“(AMLO)
ha tratado de levantar a México, pero no lo va a lograr en 100 días, es
muy poco tiempo. Necesitaría seis años más así que espero se postule de
nuevo”, dijo Rosa Velasco, un ama de casa de 46 años, ignorando que la
reelección presidencial está prohibida en el país.
No hay comentarios:
Publicar un comentario