NUEVA YORK.- Primero fue el desfase de 5.000 millones de dólares en los ingresos de Apple (AAPL), cuyas señales recortaron 30% en sus acciones durante tres meses. Ahora es un muy observado indicador de la actividad manufacturera en Estados Unidos, que cayó a un mínimo de dos años y estuvo por fuera de todas las estimaciones en una encuesta de Bloomberg.
¿Qué está pasando? Una y otra vez en el cuarto trimestre, mientras el S&P 500 (^GSPC)
se hundía 19,8%, al borde de un mercado bajista, los inversionistas
escucharon el mismo estribillo: no se asusten, la economía y las
ganancias corporativas se ven fuertes.
En las últimas 24 horas, la confianza en esas afirmaciones se ha visto golpeada. El Dow Jones Industrial Average cayó 660 puntos, o 2,83%, el jueves, mientras que las pérdidas en el Nasdaq fueron del 3%.
"El
mercado es la sabiduría de todos los inversionistas: la fuerte y
violenta venta que vimos en diciembre estaba descontando este tipo de
flujo de noticias" afirmó Alec Young, director gerente de investigación
de mercados globales en FTSE Russell, en una entrevista telefónica.
“Cuando se produce un gran movimiento, hacia arriba o hacia abajo, está
diciendo cosas positivas o negativas sobre futuros eventos. El
movimiento extremo hacia abajo nos estaba indicando que obtendríamos
este tipo de flujo de noticias".
Todas
las malas noticias han frenado bruscamente lo que había sido la mejor
carrera de cinco días en el mercado de valores desde 2011, un aumento en
el S&P 500 de hasta 7,2% en el punto más alto de ayer. Se trata de
la repetición de la ansiedad que llevó a las acciones a apenas unos puntos de un mercado bajista en la víspera de navidad.
Si
bien existían bastantes factores irritantes en tiempo real para
explicar la caída del cuarto trimestre –las guerras arancelarias, la
Reserva Federal, las valoraciones extendidas–, muchos optimistas
expresaron su desconcierto por la velocidad del desplome, dadas las
estimaciones de crecimiento.
Se pronostica que la economía
estadounidense se expanda 2,6% en 2019, y los analistas esperan que las
ganancias corporativas crezcan 8,3%.
"El
mercado está ajustando los precios a una recesión; no importa lo que
ocurra, el mercado lo ha asimilado", asegura Jeff Carbone, socio gerente
de Cornerstone Wealth. “¿Hasta qué punto y cuándo? Esa historia aún no
se ha escrito".
Cualquier
cosa que sugiera disminuciones en las ganancias y las bases macro
caería mal en Wall Street. Eso fue lo que sucedió el jueves, cuando la
perspectiva de Apple empañó los pronósticos de ganancias en todo, desde
proveedores de semiconductores hasta minoristas de productos
electrónicos, y el desfase en el índice del Instituto de Gestión de
Suministros estimuló la especulación de que la economía no está tan bien
como se esperaba.
Para
los inversionistas que intentan adivinar el futuro, existen dos
riesgos. Uno, que el mercado haya visto algo que los pronosticadores
profesionales no vieron. Dos, que las pérdidas acumuladas en los
mercados financieros se conviertan en una especie de profecía
autocumplida, que hace mella en el sentimiento y perjudica la confianza
de los consumidores y las empresas.
"Es
la psicología del mercado, que ahora dice que el crecimiento se está
desacelerando y casi se alimenta de sí mismo", afirmó Laurence Benedict,
fundador de Opportunistic Trader, en una entrevista telefónica. “Las
empresas no quieren gastar porque podríamos estar entrando en una
recesión. En general, la percepción conduce a la realidad”.
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