SAN FRANCISCO.- El
fondo de dotación de la Universidad Hampton de Virginia nunca fue un
gran inversionista en capital de riesgo. Pero el año pasado, después de
que John Vrionis de Unusual Ventures se pusiera en contacto con la
institución, la escuela se unió a su fondo de 150 millones de dólares.
Hampton
forma parte de una ola de inversionistas que entran en la creciente
industria del capital de riesgo. Los fondos de capital de riesgo en
EE.UU. recaudaron 55.500 millones de los inversionistas el año
pasado, según un nuevo informe de la Asociación Nacional de Capital de
Riesgo y PitchBook, lo cual constituye la mayor cifra desde la era
punto-com, y mucho más que los 34.000 millones del año pasado.
El
afán por el capital de riesgo se da en un contexto de incertidumbre en
los mercados públicos, ya que muchos economistas pronostican una
desaceleración o incluso una recesión en el horizonte. La volatilidad ha
estimulado a muchos emprendimientos a intentar recaudar dinero ahora,
con la esperanza de construirse una reserva en caso de que las
condiciones del mercado empeoren.
También ha llevado a los
inversionistas a ver a las empresas privadas como una forma de guardar
efectivo y buscar rendimientos más altos, ante los altibajos de las
acciones. No obstante, el sector sí tiene inconvenientes: las apuestas
de riesgo tienen lugar en un horizonte temporal mucho mayor, a menudo en
el rango de los 10 años para un fondo típico.
Parte
de la urgencia de invertir en empresas privadas es que cada vez más
emprendimientos esperan más tiempo para realizar una oferta pública
inicial, lo que significa que los inversionistas públicos están
perdiendo años de crecimiento.
Ahora que compañías como Uber
Technologies Inc. y Slack Technologies Inc. se apresuran a salir a la
bolsa este año, antes de que los mercados públicos empeoren, los
inversionistas de riesgo que entraron con la suficiente antelación
probablemente obtendrán grandes ganancias.
Esos beneficios inesperados
potenciales han generado un mayor interés por parte de los
inversionistas internacionales, así como de universidades,
organizaciones sin fines de lucro y familias ricas estadounidenses,
algunas de las cuales apoyan los fondos de capital de riesgo por primera
vez.
"Literalmente
te darán todo lo que recibas, porque se mueren por estar en esta clase
de activos", afirma Vrionis, conocido por sus inversiones anteriores en
compañías como AppDynamics.
Es
bien sabido que la mayoría de las apuestas en capital de riesgo
fracasan, pero los datos sugieren que las ganancias generales en la
industria han sido sustanciales en los últimos años.
El capital de
riesgo había dado rendimientos anuales de aproximadamente 9 por ciento
al 31 de diciembre de 2017, según la consultora Cambridge Associates, en
comparación con alrededor de 8,5 por ciento del índice de acciones
S&P 500 durante el mismo periodo.
Los retornos podrían verse mejor
cuando los datos del año pasado estén disponibles, especialmente en
comparación con una disminución de 6 por ciento en el S&P en 2018.
Pero
algunos observadores de la industria aconsejan cautela a los
inversionistas cuando incursionan en una nueva clase de activos.
"En
cuanto a capital de riesgo, unas cuantas empresas tienen rendimientos
extraordinarios, mientras que la mayoría de los fondos son un gran lugar
para enterrar buen dinero", asegura Anand Sanwal, director ejecutivo de
CB Insights, una firma que analiza datos del mercado. "Por supuesto, la
tendencia subyacente que impulsa este tipo de inversión es la
influencia generalizada de la tecnología en todas las industrias, la
cual no parece estar disminuir en el corto plazo".
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