BRASILIA.- Brasil
mantuvo sin cambios su tasa de interés de referencia, que se ubica en
un mínimo histórico, en medio de una fuerte desaceleración inflacionaria
y el debilitamiento de la actividad económica.
El
Banco Central mantuvo la tasa Selic en 6,50 por ciento por sexta
reunión consecutiva, tal y como anticiparon 39 analistas en una encuesta
de Bloomberg. El encuentro fue uno de los últimos de Ilan Goldfajn,
quien abandonará la presidencia de la autoridad monetaria en los
próximos meses.
"La
inflación se ha mantenido por debajo del objetivo pese a un año de
conmociones", comentó Newton Rosa, economista jefe de Sul America
Investimentos Dtvm y pronosticador más preciso sobre la Selic en los
sondeos de Bloomberg.
“Las expectativas de que el nuevo gobierno
implemente reformas elevaron la confianza. El retraso de un inicio
esperado de aumentos de la tasa clave también tiene que ver con la
opinión de que la actividad económica continuará débil".
Brasil
ha resistido la turbulencia derivada de las elecciones presidenciales
de este año y la huida de los inversionistas mundiales de los activos
riesgosos.
Mientras el real país se debilitaba a un mínimo histórico
antes de los comicios de octubre, los inversionistas comenzaron a
apostar por los aumentos de tasa a menos tardar este año, pero la
victoria de Jair Bolsonaro, a lo que se suma con un crecimiento
económico tibio y una deflación más rápida de lo previsto, retrasó
dichas apuestas hasta fines de 2019.
La
semana pasada, un indicador de precios clave reveló que Brasil registró
una deflación en noviembre, a un ritmo tres veces más rápido del
pronosticado por economistas.
Las proyecciones sobre la inflación
cayeron aún más esta semana, lo que refuerza una tendencia que comenzó
con la victoria de Bolsonaro, basada en promesas de campaña que
incluyeron reducir la deuda del país y aprobar algún tipo de reforma
previsional.
Los
altos niveles de desempleo y la debilidad de las ventas minoristas
también socavan la presión sobre los precios locales en una economía aún
marcada por su recesión más profunda, registrada entre 2015 y 2016.
Se
anticipa que los precios al consumidor se mantendrán dentro o por
debajo de la meta hasta por lo menos 2021, según la última encuesta a
economistas del ente emisor.
La baja inflación, junto con un pequeño
déficit de cuenta corriente y unos 380.000 millones de dólares en reservas
internacionales, dan ventaja a Brasil a la hora de hacer frente a un
entorno global complicado, marcado por los crecientes costos de
endeudamiento en Estados Unidos y la amenaza que representa la guerra
comercial, señaló Goldfajn a parlamentarios la semana pasada.
Roberto
Campos Neto, sucesor de Goldfajn y exdirector de tesorería del
Santander, aporta a las perspectivas optimistas ya que los
inversionistas consideran que tiene las credenciales necesarias para
continuar la lucha contra la inflación.
"La
mejora de las perspectivas de inflación a largo plazo es un voto de
confianza para Campos Neto", planteó Zeina Latif, economista jefe de XP
Investimentos Cctvm.
"Pero, con las crecientes posibilidades de una
tímida reforma de pensiones y una economía global más complicada,
podríamos estar en un período de volatilidad".
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