La Bolsa afronta la última semana del año 2018 con una de las peores
expectativas de los últimos meses. El Ibex está en mínimos del año y
se mueve incluso a niveles del año 2016.
El 15% de pérdida desde enero
es equiparable a la media de las Bolsas europeas y asiáticas y duplica
la caída de los índices estadounidenses, los que estaban soportando
este año con mejor disposición los amagos de crisis que se perciben en
el horizonte.
Los pronósticos que se perciben no son susceptibles de aportar dosis
de optimismo. Por si fuera poca la inestabilidad que viven los mercados,
en las últimas horas se ha sabido que en Estados Unidos podría abrirse
un cisma institucional a raíz de la exposición abiertamente realizada
por el presidente Trump contra el máximo responsable de la Reserva
Federal.
A Trump le está superando la impaciencia y ha declarado que
estaría dispuesto a explorar las posibilidades legales de prescindir de
Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, debido a su
enfrentamiento ya público en relación con las subidas de tipos de
interés.
Trump discrepa abiertamente de la Reserva Federal, aunque
Powell fue designado presidente de la entidad con su complacencia, tras
haberle puesto la proa a su antecesora, la única mujer que había ocupado
la presidencia del banco central americano, Janet Yellen.
La confrontación entre la Casa Blanca y la Fed añade incertidumbres
al futuro de la economía americana aunque ya se da por descontado que
el banco central americano reducirá sus subidas de tipos de interés a
dos episodios, en vez de los tres que se barajaban hasta ahora.
Pero los
últimos datos podría incluso torcer estas últimas previsiones, no
tanto para darle la razón al impulsivo Trump sino porque hay ya
bastantes analistas que consideran que Powell se ha pasado subiendo
tipos de interés y que la economía americana ya no necesita más
precauciones en la lucha contra la inflación.
Las últimas subidas, hasta
niveles del 2,50%, habrían dejado el tipo de interés en una zona
neutral o ligeramente adelantada, lo que implica un potencial riesgo
para el crecimiento económico, como la propia Reserva Federal ha
sugerido en su último informe.
Si al final se consuma el frenazo en las subidas de los tipos de
interés, las Bolsas podrían recuperar algún atractivo, sobre todo si
todo ello va acompañado de un descenso en las previsiones de
debilitamiento de la economía global y la americana en especial.
Las
Bolsas se mueven por expectativas de beneficios de las empresas y la
española ha padecido en los últimos meses las bajas que han afectado
sobre todo a los bancos y a algunas compañías líderes del mercado, como
Inditex.
Hay muchos valores de primera fila en el mercado español que
se disponen a cerrar el año con pérdidas superiores al 20% e incluso al
30%, como es el caso de BBVA, Santander o Inditex.
Sólo las empresas del sector eléctrico han logrado escapar a la
deriva bajista del mercado en estas últimas semanas. En puertas de esta
recta final del año 2018, apenas media docena de empresas acabarán el
año en positivo, casi todas pertenecientes al sector eléctrico o
energético.
La identidad de estas compañías dice bien a las claras en
qué medida los inversores han huido, en estos últimos meses, del riesgo
y han apostado por refugiarse en las empresas de perfil más conservador
y defensivo. Puede ser todo un presagio.
(*) Periodista y economista español
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