ESTAMBUL.- Cientos de miles de personas se reunieron en
Estambul el domingo para recibir a los participantes de una marcha de la
oposición que comenzó hace 25 días y se ha convertido en la mayor
protesta contra el gobierno tras el golpe militar fallado de julio del
año pasado.
Ondeando banderas turcas y pancartas con la palabra "Justicia"
en rojo y blanco, los manifestantes escuchaban a Kemal Kilicdaroglu,
principal líder de la oposición, al terminó de su marcha de 425
kilómetros desde Ankara.
Kilicdaroglu, jefe del
Partido Popular Republicano (CHP), partió de la capital turca a
mediados de junio para protestar contra el encarcelamiento del miembro
de su partido, Enis Berberoglu, condenado a 25 años por cargos de
espionaje.
Berberoglu fue el primer
parlamentario de CHP en ser encarcelado en la purga que siguió al golpe
militar fallido del año pasado contra el gobierno del presidente Tayyip
Erdogan.
Alrededor de 50.000 personas han sido detenidas y 150.000, incluyendo maestros, jueces y soldados, suspendidos.
Kilicdaroglu dijo el viernes que sus tres semanas de
marcha ayudaron a sus compatriotas a quitarse el miedo después que se
impusiera el estado de emergencia tras el golpe fallido.
Caminando
alrededor de 20 kilómetros por día, el político de 68 años, ganó
inicialmente pocos partidarios. Tras cinco días y 100 kilómetros, sólo
unas 1.000 personas se sumaban a su marcha.
Pero
en los últimos días de su marcha, sus seguidores se han multiplicado. A
la protesta se han sumado también otros partidos de la oposición,
incluyendo el partido pro kurdo PDH.
El domingo, Kilicdaroglu dijo a sus seguidores que iba a recorrer el tramo final en solitario, pero miles de personas se siguieron cantando: "Derechos, Leyes, Justicia".
Erdogan criticó a Kilicdaroglu cuando inició su protesta, diciendo que la justicia debería buscarse en el Parlamento, no la calle.
El presidente turco comparó a los manifestantes con los golpistas y advirtió que podrían enfrentar cargos ante los tribunales.
No obstante, se permitió que la marcha continuara a pesar del estado de emergencia. 15.000 policías fueron desplegados
por la manifestación, según un despacho de la agencia de noticias
estatal Anadolu, citando al gobernador de Estambul.
Los grupos de
derechos humanos y críticos del gobierno de Erdogan, incluyendo el
partido de Kilicdaroglu, dicen que Turquía sigue una deriva autoritaria
tras el golpe fallido. El gobierno, por su parte, dice que la política
de mano dura es necesaria debido a las enormes amenazas de seguridad que
enfrenta.
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