lunes, 22 de febrero de 2016

La Bolsa iraní espera y confía en el resultado de las elecciones

TEHERÁN.- La gran pantalla de los títulos de la Bolsa de Teherán (TSE) no se detiene ni un momento, ni siquiera cuando desde las mezquitas cercanas llega el llamado para la plegaria del mediodía.

    Más de 100 brokers, casi todos jóvenes, hombres y mujeres sentados uno junto a otro, negocian por teléfono y computadoras las compras y ventas.
    Desde el piso superior, detrás de un vidrio, los clientes controlan la marcha de sus portafolios. En el último mes, es decir desde que se levantó el embargo económico contra Irán, la TSE -en absoluta contratendencia respecto de los mercados internacionales- voló y triplicó su volumen diario de negocios con pasando de 50 millones de dólares a principios de enero a 150 millones.
    Sin embargo, son días de vigilia por la votación para elegir al nuevo parlamento iraní, el Majilis, donde el próximo 26 de febrero las listas de reformistas y moderados, partidarios de la línea de apertura al mundo del presidente Hassan Rohani, buscarán superar la actual mayoría de los conservadores.
    También la Bolsa de Teherán contiene la respiración, espera y confía. "Los inversores son muy astutos y harán sus cálculos en caso de que gane una agrupación o bien otra", explicó en una entrevista con ANSA el responsable de relaciones externas del TSE, Hamid Roukbakhsh Amoli Moghadam. "Seguramente -agregó- los inversores están siguiendo los avances políticos de estos días para ver qué sucede y la votación tendrá su impacto".
    Por el momento, refirió, están cotizadas en Bolsa 310 compañías, en representación de más de 37 sectores industriales, y el valor global del índice de la TSE creció en cuatro semanas un 20 por ciento, llegando a 112.000 millones de dólares.
    "En los años pasados -explicó- estábamos bajo las sanciones económicas y la Bolsa se resentía. Tras el fin del embargo, el clima cambió por completo: tanto de parte de los iraníes como de parte de los inversores extranjeros hay confianza en el futuro y ello llevó al crecimiento de los intercambios y del precio de las acciones".
    Por ejemplo el valor de la automotriz Iran Khodro, tras el nuevo acuerdo con la francesa Peugeot, registró un salto del 58 por ciento.
    Por ahora los inversores son en su mayoría locales. Pero también los extranjeros se están asomando.
    En el último año, afirmó Moghadam, unos 250 brokers de compañías extranjeras llegaron a Teherán para estudiar de cerca la TSE: "Esperamos que haya avances positivos".
    La Bolsa de Teherán -dijo el director de Relaciones Externas- ya comenzó una relación de colaboración con la Bolsa de Estambul e inició coloquios con Londres y Frankfurt.
    El edificio de la TSE en la céntrica Hafez Street de Teherán se remonta a una decena de años y necesita renovación. Las tecnologías pertenecen a la época del embargo y el aislamiento iraní.
    "Introduciremos pronto sistemas de transacción más modernos y sofisticados", prometió Moghadam. Entretanto, en los salones un poco obsoletos de la Teheran Stock Exchanges, muchos cruzan los dedos y ruegan para que los resultados de las urnas del 26 de febrero no causen contragolpes al nuevo curso iniciado por Rohani.

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