SHANGHÁI.- Las bolsas chinas se
estabilizaron hoy y el índice general de Shanghái, su principal
indicador, cerró con ganancias de un 1,97 %, después de los fuertes
desplomes de ayer que forzaron a su cierre rápido.
El índice general de Shanghái recuperó 70,52 puntos para quedar en los 3.186,41 enteros, mientras que en la Bolsa de Shenzhen, el indicador local ganó también al cierre otro 1,20 % y terminó en 10.888,91 unidades.
Ambos mercados iniciaron el día al alza, después tuvieron una breve fase de fuertes descensos, y luego se recuperaron para pasar el resto de la jornada en positivo, después de que en la noche del jueves el regulador nacional anunciase la suspensión, a partir de hoy mismo, del mecanismo interruptor del mercado aplicado desde el lunes.
El índice general de Shanghái recuperó 70,52 puntos para quedar en los 3.186,41 enteros, mientras que en la Bolsa de Shenzhen, el indicador local ganó también al cierre otro 1,20 % y terminó en 10.888,91 unidades.
Ambos mercados iniciaron el día al alza, después tuvieron una breve fase de fuertes descensos, y luego se recuperaron para pasar el resto de la jornada en positivo, después de que en la noche del jueves el regulador nacional anunciase la suspensión, a partir de hoy mismo, del mecanismo interruptor del mercado aplicado desde el lunes.
Mientras Shanghái, que el lunes se hundió un 6,85 % y ayer otro 7,32, terminó la jornada ganando un sólido 1,97 %, Shenzhen,
que el lunes se precipitó un 8,35 % y ayer otro 8,16, cerró también hoy
otro 1,20 % al alza, con lo que parecen dejar atrás el pánico de ventas a la desesperada de los últimos días.
Ambas
plazas abrieron con ganancias, pero en el segundo cuarto de hora
cayeron abruptamente, aunque se recuperaron enseguida y, tras volver a
la senda positiva, no la abandonaron en el resto del día.
Con las cifras de hoy, el índice general de Shanghái ha perdido un 10 % en la primera semana del año, lo que ha evaporado el avance del 9,4 % que logró durante todo 2015.
Aún
así, el resultado de hoy parece demostrar hasta qué punto el mecanismo
interruptor del mercado, que estaba pensado para evitar los desplomes
continuados del verano pasado, y empezó a aplicarse precisamente el
lunes, en realidad había estado induciendo al pánico a los inversores individuales, que son determinantes en China.
Ambas plazas vivieron ayer la jornada más breve de su historia,
tras apenas 27 minutos de operación (de los que sólo 13 fueron de
cotización real), al aplicarse este interruptor, que suspende por 15
minutos la cotización si un índice mixto (el CSI 300) cae más de un 5 %,
y cierra automáticamente si alcanza el 7 %.
Por este motivo, el
regulador bursátil anunció a última hora de la noche del jueves la
suspensión temporal de este sistema, a partir de hoy mismo, para
"mantener la estabilidad del mercado" y estudiar cómo mejorarlo.
El mecanismo se originó en los fuertes desplomes en cadena del verano pasado, que llegaron a afectar a otros mercados mundiales.
En
aquel contexto, el 8 de julio y tras la primera semana de caídas, el
regulador prohibió a los grandes accionistas (con el 5 % o más de los
títulos de una compañía) vender sus acciones durante e seis meses, plazo
que se cumplió hoy. Esto suponía que cerca de un billón de títulos iban a quedar desbloqueadas el lunes.
Aunque
las autoridades no esperaban que hubiera ventas generalizadas, los
desplomes de esta semana llegaron porque los inversores individuales
temían que los grandes accionistas pudieran vender sus paquetes
accionariales, por los que se adelantaron en masa a fin de salvar los
muebles antes de que sus acciones perdieran más valor todavía.
De ahí que el regulador anunciara también por sorpresa, al poco del cierre relámpago del jueves,
una nueva norma que limitará desde este sábado (es decir, desde el
momento en que expire el plazo de las medidas del 8 de julio) la
capacidad de vender esas acciones ahora ya no tan desbloqueadas.
La
Comisión Reguladora del Mercado de Valores de China (CRMV) limitará
así, al menos hasta el próximo 12 de abril, hasta un máximo del 1 % del
total de acciones de una compañía, la cantidad de títulos de los que
podrán desprenderse estos grandes accionistas. Además, si lo hacen, deberán anunciar sus planes al mercado con al menos 15 días de antelación.
Esta
medida, junto con la suspensión del mecanismo de interrupción, parecen
haber dado hoy cierta confianza a los inversores de que no se producirá
el hundimiento de los precios que temían a partir del próximo lunes.
Con
todo, los descensos de esta semana no se explican sólo por la
coincidencia artificial de estos dos factores, a los que hoy se sumaron
media docena de grandes empresas estatales, que anunciaron que impedirán a sus filiales vender acciones.
Y
es que todo esto ha coincidido con una combinación de factores
relacionados con la ralentización de la economía china, a pesar de que
las bolsas del país, al tener tres cuartos de su actividad diaria en
manos de 90 millones de inversores individuales no profesionales, suelen
ser muy volátiles y se alejan a menudo de los fundamentos económicos
nacionales.
Por una parte, la cotización de los títulos está muy sobrevalorada,
sobre todo en las pymes, y de no haberse suspendido el interruptor las
bolsas podrían no haberse estabilizado hasta caer Shanghai hasta unos
2.800 puntos, según explicó el especialista Rui Meng, de la
escuela de negocios sino-europea CEIBS.
Por otra, la crisis
mundial está provocando que, si bien durante décadas llovió la inversión
extranjera en China, ahora ese flujo de capital está cambiando de
sentido cada vez más, lo que ha provocado una fuerte caída del yuan
frente al dólar y de las reservas chinas de divisas para sostenerlo,
como constató hoy un comentario de HSBC Global Research.
No hay comentarios:
Publicar un comentario