LISBOA.- El primer ministro
de Portugal, el socialista António Costa, cargó hoy contra la troika que
supervisó el rescate financiero entre 2011 y 2014 por haber pasado por
alto graves problemas en el sector bancario.
"Desde que salió la troika -en mayo del año pasado- tuvimos dos
resoluciones bancarias, lo que significa que no se miró donde se tendría
que haber mirado", dijo Costa en referencia a los casos del Banco
Espírito Santo (BES) y el Banco Internacional de Funchal (Banif).
En una entrevista publicada hoy por el "Jornal de Notícias", el jefe
del Gobierno consideró que el ente que formaban la Comisión Europea, el
Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional "perdió mucho
tiempo mirando a juntas de distrito, municipios y a la administración
central del Estado, pero poco en lo que tendría que haber mirado bien,
que era la salud del sistema financiero".
Los organismos internacionales concedieron en 2011 un préstamo de
78.000 millones de euros a Portugal, y a cambio exigieron la
implementación de un severo programa de ajustes y recortes cuya
aplicación controlaban de forma regular a través de exámenes
trimestrales.
El escándalo del BES -con irregularidades en sus cuentas detrás de
las cuáles se escondían pérdidas millonarias- y la reciente venta y
liquidación del Banif -con un coste próximo a los 3.000 millones de
euros para las arcas públicas- causaron estupefacción en Portugal, donde
ya se cuestiona cómo la UE y el FMI no se dieron cuenta de la delicada
situación financiera de la banca lusa.
En el caso del Banif, el dirigente socialista también arremetió
contra sus antecesores en el Ejecutivo, de signo conservador, por estar
"tres años aplazando soluciones" y dejar al nuevo Gobierno sin apenas
margen para encontrar una solución.
En este sentido, apuntó que Bruselas presentó varias propuestas sobre
la entidad, la última de ellas hace un año, cuando abogaba por una
reestructuración que permitiese concentrar la actividad de la firma
únicamente en los mercados donde era fuerte: las regiones autónomas de
Madeira y Azores y entre las comunidades de inmigrantes lusos.
"Alguien tendrá que explicar por qué esa solución no fue encarada", lanzó Costa.
Sobre su gestión, el nuevo primer ministro -asumió el cargo hace casi
un mes- se comprometió a seguir revirtiendo las principales medidas de
austeridad aprobadas durante los últimos años y se mostró seguro de que
la negociación con los nuevos dueños de la aerolínea TAP para que la
mayoría del capital vuelva a ser pública llegará a buen puerto.
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