WASHINGTON.- El cambio de rumbo
monetario de la Reserva Federal (Fed), que esta semana anunció su
primera subida de tipos de interés desde 2006, marca la salida de EE.UU.
de la crisis y sitúa a la primera economía mundial en la senda de
ajuste "gradual" justo cuando los emergentes dan señales de debilidad.
Los mercados habían descontado en gran medida la subida de tipos de
interés en EE.UU. de un cuarto de punto, que dejó las tasas de
referencia entre el 0,25 % y el 0,50 % como resultado de las señales
"bien telegrafiadas" de la Reserva Federal (Fed), indicó el banco de
inversiones Goldman Sachs en una nota a sus clientes.
"Creemos que la decisión de la Fed supone un ajuste cauteloso, con la
mirada puesta sobre la inflación y los mercados financieros", apuntaron
los analistas de Goldman Sachs.
El banco de inversión remarcó como clave la "flexibilidad" mostrada
por la presidenta de la Fed, Janet Yellen, y su insistencia en que el
futuro del proceso de ajuste será "gradual" y "no predeterminado".
Pese a que los analistas coinciden en que el anuncio de la Fed no
supuso sorpresas, lo cierto es que desde dentro del organismo se
reconoce lo excepcional del periodo previo.
Durante la rueda de prensa posterior a la divulgación del comunicado
emitido tras la reunión, Yellen subrayó que "esta acción marca el final
de un periodo extraordinario de siete años de tipos cerca de cero para
apoyar la recuperación de la economía tras la peor crisis financiera y
recesión" en 80 años en EE.UU.
Cuando la Fed redujo de manera abrupta los tipos hasta dejarlos cerca
de 0 % a finales de 2008, pocos estimaban que sería el inicio de siete
años de precio del dinero prácticamente sin coste.
En este sentido, el predecesor de Yellen, Ben Bernanke, reconocía
esta semana en una entrevista con Marketwatch que el alza de tipos era
un "hito" en la política monetaria en la primera economía mundial y que
nunca se había imaginado que las tasas a 0 % se mantendrían "durante
tanto tiempo".
Uno de los aspectos que más dudas generan del encarecimiento de
precio del dinero en EE.UU. es el nuevo panorama generado de divergencia
monetaria mundial.
Por un lado, la Fed empieza a tocar el freno, mientras que otras
grandes economías avanzadas, como la zona euro y Japón, mantienen el
acelerador pulsado, ambas inmersas en multimillonarios programas de
estímulo monetario.
Como primera consecuencia, el dólar continuará con su senda de
apreciación frente al resto de monedas, algo que, sin duda, será
bienvenido por Europa y Japón, que aún pelean con frágiles economías y
verán un nuevo impulso en su sector exportador.
Tras la decisión de la Fed, tanto el yen como el euro descendieron hasta marcar sus niveles más bajos en una semana.
Para los emergentes con problemas macroeconómicos y altos niveles de
deuda en dólar, sin embargo, esta subida de tipos en EE.UU. "les
recordará que su espacio de maniobra se ha reducido aún más, y que no
les queda mas que avanzar en reformas estructurales", aseguró Eswar
Prassad, profesor de la Universidad de Cornell University, en un
artículo en el diario The Wall Street Journal.
Prassad apuntó, en concreto, que las "dificultades" aumentarán en economías como las de Brasil, Rusia, Turquía o Venezuela.
En esto coincide Goldman Sachs, que tampoco ve "grandes movimientos"
de cartera hacia EE.UU. dada la pequeña escala de la subida en un cuarto
de punto.
Ese banco apunta a que las presiones sobre los activos financieros de
los emergentes estarán marcados "más por los precios de las materias
primas, el crecimiento de China y los fundamentos económicos locales"
que por la política de la Fed.
Por si acaso, el Banco de México fue el primero en reaccionar y
anunció el jueves la subida en 25 puntos base del tipo de interés de
referencia y lo situó en el 3,25 % para evitar una "depreciación
adicional" del peso mexicano, un día después del anuncio de la Fed.
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