ATENAS.- La dimisión del
primer ministro griego, Alexis Tsipras, ha provocado cierta preocupación
en la Bolsa de Atenas, ya que la caída del Gobierno puede suponer un
retraso en la aplicación de las medidas pactadas en el tercer rescate,
aunque no ha desatado el pánico en los mercados.
La Bolsa de Atenas cerró con una caída del 2,49 % y su índice general
se situó en los 635,31 puntos, mientras el volumen de negocios fue de
29,37 millones de euros.
La caída supera el 2 %, pero está lejos de los desplomes como el que
sufrió en su reapertura tras la imposición de los controles de capital,
cuando perdió un 22 % y el índice general se situó en los 627,04 puntos.
En cuanto a la evolución de la deuda del país, el bono de referencia
griego a largo plazo aumentaba su rendimiento durante la jornada del
9,56 % al 9,98 % poco antes del cierre del mercado de deuda.
Esta subida (del 4,5 %), es la mayor que experimenta la rentabilidad
de la deuda helena desde el pasado 14 de julio, un día después del
acuerdo de los líderes de la eurozona, cuando pasó del 12 % al 12,5 %.
"No creo que la campaña electoral tenga consecuencias importantes
para la economía griega", aseguró el profesor de Economía de la
Universidad de Atenas, Panayotis Petrakis.
Según la estimación de Petrakis, "es difícil que la economía vaya peor que ahora, en medio de controles de capital".
"La única consecuencia es que tardará en llegar la estabilización de
la economía hasta la formación de un nuevo Ejecutivo tras las
elecciones, del que todos esperan que esté más dispuesto a aplicar el
tercer rescate que el anterior", recalcó Petrakis.
El economista no excluye, sin embargo, que la convocatoria de
comicios adelantados "provoque algunos problemas en el turismo,
precisamente a las pequeñas empresas del sector".
La agencia de calificación de deuda Fitch destacó que la convocatoria
de elecciones anticipadas "retrasará el trabajo técnico y las
decisiones políticas necesarias para completar la evaluación (de la
aplicación del programa) prevista para el mes de octubre".
En un comunicado, Fitch recalcó que la interrupción del trabajo
legislativo a causa de la cita electoral "puede fortalecer el miedo de
algunos acreedores sobre la capacidad de Grecia de aplicar los
requisitos del programa", una preocupación que comparte la agencia de
calificación Moody's.
La mayoría de los partidos de la oposición se ha pronunciado en
contra de la celebración de elecciones anticipadas y ha acusado a
Tsipras de haberlas provocado porque no podía resolver el problema de la
disidencia interna en su partido Syriza, tras la aprobación del tercer
programa de rescate de Grecia.
El líder del principal partido de la oposición, el conservador Nueva
Democracia, Vangelis Meimarakis, afirmó, tras haber recibido el mandato
de formar nuevo Gobierno, que intentará constituir un Ejecutivo que
tenga un primer ministro procedente de Syriza y cuente con el apoyo de
otros partidos.
La nueva cita electoral, la segunda que celebrará Grecia en menos de
un año, contará con un nuevo actor político, el partido izquierdista
Unidad Popular, creado hoy por 25 diputados disidentes de Syriza.
Unidad Popular se ha convertido en la tercera fuerza política del
país y por tanto obtendrá en tercer lugar el mandato para formar
Gobierno.
Esta formación, liderada por el exministro de Energía Panayotis
Lafazanis, apuesta por no implementar las medidas de ajuste
comprometidas en el tercer rescate y, si es necesario, aboga incluso por
la salida de la eurozona y la vuelta al dracma como moneda nacional.
Se espera que ni Meimarakis ni Lafazanis logren formar Gobierno, con
lo que la fecha más probable para las elecciones sería el 20 de
septiembre, y si el proceso se alargase, se celebrarían una semana
después.
Tsipras anunció este jueves que dejaba su cargo tras haber logrado el
tercer rescate ante la necesidad de que el pueblo griego decida en las
urnas si legitima su gestión o quiere un nuevo Gobierno.
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