ATENAS.- El primer ministro griego, Andonis Samarás, propuso a
la oposición la creación de un Gobierno de conciliación nacional, en un
intento de sacar adelante la elección del presidente de la República y
evitar la celebración de comicios generales.
Samarás planteó el
adelanto de las elecciones generales, previstas para 2016, a finales de
2015 y ofreció a parte de la oposición participar como ministros en su
gabinete.
"Les llamo para que permitan la elección de Stavros Dimas
como presidente de la República (...) Después de la elección
presidencial, podemos ampliar el Gobierno con la participación de
personas que creen en la perspectiva europea del país", dijo Samarás en
un mensaje televisado.
El jefe del Ejecutivo aseguró que, con la
designación del presidente, Grecia recuperará la estabilidad y "podrá
negociar la salida del Memorándum (rescate) y un nuevo paraguas de
ayuda".
Samarás asumió así una iniciativa lanzada días atrás por
un grupo de ocho diputados de la oposición, básicamente parlamentarios
independientes y de la izquierda moderada Dimar.
Este grupo, a
cambio de su respaldo al candidato presidencial, exigía la creación de
un Gobierno de transición para finalizar las negociaciones con la troika
(Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario
Internacional), una reforma constitucional y la convocatoria de
elecciones a lo largo de 2015.
La propuesta, no obstante, se ha
encontrado con el rechazo de la mayoría de la oposición, aunque todavía
no se ha pronunciado como tal el Dimar, que fue socio del Ejecutivo hasta el año pasado y a quien podría ir dirigida en gran medida esta oferta.
El
resto de formaciones ha rehusado la iniciativa, que en algunos casos
incluso se ha interpretado como un intento de comprar el apoyo de los
diputados con cargos ministeriales.
"Es obvio que Samarás quiere
lograr la elección inmediata del presidente para aplicar todas las
medidas que ha acordado con la troika", opinó el partido izquierdista
Syriza, para lo que sugirió que el primer ministro "puede prometer a
algunos su participación en el Gobierno".
Una vez más, la formación de Alexis Tsipras apostó por la convocatoria de comicios.
"Tras
el fracaso de atraer parlamentarios con invitaciones, amenazas e
intentos de soborno, Samarás apuesta ahora por la baza de los cargos
ministeriales", afirmaron los nacionalistas Griegos Independientes
(ANEL).
El viernes, el diputado de ANEL Pavlos Jaikalis denunció
el intento de soborno por parte de un empresario para que votase a favor
de Dimas en la elección presidencial del 17 de diciembre.
Jaikalis reveló que la persona en cuestión le ofreció entre 2 y 3 millones de euros a cambio de su voto.
Sin
embargo, la persona que presuntamente le sobornó, Yorgos Apostolópulos,
dio este fin de semana una versión totalmente distinta de lo ocurrido y
aseguró que fue el diputado quien le pidió el dinero.
El asunto
está en manos de los tribunales, después de que Jaikalis entregase unas
supuestas grabaciones en las que quedaría demostrado el intento de
soborno.
Por su lado, el partido neonazi Amanecer Dorado resaltó
la urgencia de convocar elecciones que "conduzcan a la caída de los
maniquíes del Memorándum (rescate)".
Samarás, en cambio, recalcó
en su intervención que el pueblo griego "no quiere la convocatoria de
comicios anticipados" y, por ello, la coalición de conservadores (Nueva
Democracia) y socialdemócratas del Pasok ha apostado por sacar adelante
la elección con todos sus medios.
Para tratar de mantener la estabilidad interna y
lograr el visto bueno de la Unión Europea (UE), el Ejecutivo propuso a
Dimas por ser una figura respetada, con una larga trayectoria política a
nivel nacional y europeo y con posibilidades de lograr un gran consenso
y convencer a los independientes, cuyo voto es imprescindible.
Dimas
fue varias veces ministro en los gobiernos de Nueva Democracia, ocupó
el cargo de comisario europeo de 2004 a 2009 y dejó el puesto de
vicepresidente del partido conservador tras su designación como
candidato.
El próximo martes, Dimas se someterá a la segunda ronda
de votación en el Parlamento, en la que necesita reunir una mayoría de
dos tercios, es decir 200 apoyos, después del fracaso de la primera, en
la que solo logró 160.
Si la segunda votación no prospera se
realizará una tercera el 29 de diciembre, en la que deberá lograr tres
quintos, 180 apoyos.
En caso de que esta última votación tampoco salga adelante, la Constitución establece un plazo de diez días para la disolución del Parlamento y la convocatoria de elecciones generales entre tres y cuatro semanas después, esto es, entre el 25 de enero y el 1 de febrero.
El
Ejecutivo de Samarás solo cuenta con 155 escaños, mientras una parte de
la oposición, entre ellos el izquierdista Syriza, ha adelantado que
votará en contra para forzar la celebración de comicios.
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