PEKÍN.- China logró hoy, en la XXII cumbre de líderes del Asia-Pacífico que
acogió al norte de Pekín, imponer sus ideas para la creación de una zona
de libre comercio regional, un éxito que sumado a otros le refuerza
frente a tradicionales potencias como EE UU o Rusia.
Aprovechando el factor cancha y la debilidad coyuntural de
Washington, después de que el presidente de EE UU, Barack Obama,
perdiera el control del Congreso en las recientes elecciones, y de
Moscú, aún tocada por el aislamiento de Occidente por la crisis
ucraniana, China ha conseguido en la cumbre grandes saltos hacia
adelante.
En este sentido, los anfitriones chinos lograron hoy que los
21 miembros del Foro de Asociación Económica Asia-Pacífico (APEC)
acordaran lanzar el proceso para crear un área de libre comercio en la
región, según anunció el presidente chino, Xi Jinping, al término de la
cumbre.
"Hemos decidido comenzar el proceso para construir una Zona de
Libre Comercio de Asia Pacífico (FTAAP en sus siglas en ingles) y hemos
adoptado una hoja de ruta para lograrlo", anunció el mandatario chino,
quien afirmó que se trata de "un paso histórico".
"Tenemos la confianza y la decisión para una integración económica",
aseguró Xi, al afirmar que el futuro FTAAP "beneficiará a las economías
de ambos lados de Asia-Pacífico, que se encuentran en diferentes etapas
de desarrollo, e inyectará un nuevo ímpetu al APEC, así como a sus
miembros".
La zona de libre comercio de Asia Pacífico es un proyecto que se ha
debatido en la región durante años, pero que en los últimos tiempos ha
cobrado nueva fuerza a raíz de que China, una de las principales
potencias regionales, empezara a abanderarlo.
La FTAAP, sin embargo, podría ir en contra de iniciativas similares
también debatidas en la región, como la Asociación Trans-Pacífica (TPP),
una idea principalmente defendida por EE UU para los países más
desarrollados de la zona y que había ganado apoyo en otros países de
América, además de en Australia.
Otros acuerdos que se alcanzaron hoy, para los que existía en
principio mayor consenso, fueron la creación de mecanismos regionales
para la lucha anticorrupción o el anuncio de más esfuerzos para ayudar a
África a combatir la epidemia del ébola.
Pero además China se ha apuntado muchos tantos bilaterales estos
días, ya que en los márgenes de la cumbre ha conseguido concluir las
negociaciones para un tratado de libre comercio con Corea del Sur, ha
iniciado un tímido deshielo en su largo contencioso territorial con
Japón y ha firmado acuerdos gasísticos con Rusia.
Respecto a sus relaciones con EEUU, China ha conseguido recortar
tarifas en bienes electrónicos, algo importante para un gigante asiático
necesitado de transferencia tecnológica, y hasta arrancó de Obama (que
por fin acudió a la cumbre APEC tras su sonada ausencia en 2013 en Bali)
promesas de más visas para estudiantes chinos.
En definitiva, muchos tantos apuntados para una China que en estos
momentos es el principal motor de crecimiento de la poderosa región
APEC, que concentra el 57 por ciento del PIB mundial y la mitad del
comercio del planeta.
Como metáfora de estas victorias diplomáticas chinas, Xi recibió en
la noche previa a la cumbre a todos los líderes regionales vestidos de
traje Mao.
Obama y Putin hicieron relativamente poco ruido en Pekín, y fue muy
sintomático el hecho de que en sus intervenciones en el foro de líderes
(previo a la cumbre) el presidente estadounidense fuera breve y
expresara su deseo de ver una China "al alza y próspera", aunque eso sí,
también "pacífica y estable".
Putin, por su parte, se vio enfrentado a una batería de preguntas de
empresarios chinos que acusaron a Rusia de ser un mercado a veces poco
seguro para la inversión foránea, algo que el líder ruso, sin el tono
duro y firme de otras ocasiones, intentó combatir con promesas de
mayores facilidades aduaneras y de infraestructuras.
En todo caso, el presidente ruso se "desquitó" de estos ataques al
protagonizar la mejor anécdota de la cumbre, cuando en la noche de ayer,
mientras los líderes asistían a un espectáculo de fuegos artificiales,
ofrecía galante y pícaro su abrigo a la esposa de Xi Jinping, la
elegante soprano Peng Liyuan.
Esa imagen, que ha dado mucho que hablar en China, ha acabado siendo
censurada en las redes chinas después de que la ofreciera la televisión
estatal china CCTV, lo que no ha hecho sino extenderla aún más
rápidamente.
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