MADRID.- La población de España continúa el descenso iniciado el
año pasado y en la primera mitad del año sufrió un caída de casi
120.000 personas hasta los 46,6 millones de habitantes después de cinco
años de crisis económica, según los datos del Instituto Nacional de
Estadística conocidos el martes.
Además, por quinto semestre consecutivo fue mayor el número el
número de españoles que salió al exterior que el de inmigrantes que
llegaron al país, con un saldo migratorio negativo de 124.915 personas.
Esta cifra ha aumentado en un 50 por ciento respecto al semestre
anterior.
La mala situación económica desde 2008 ha provocado una creciente
fuga de población activa al exterior y que España sea menos atractiva
para la inmigración, unos factores que se suman el crecimiento
demográfico negativo generado por el descenso de natalidad y al
envejecimiento de la población española.
El número de residentes extranjeros, que llegó a superar los cinco
millones, se ha reducido en un 4 por ciento debido al retorno a sus
países de muchos de ellos y a la obtención de nacionalidad española, con
lo que se sitúa en 4.870.487 personas. Rumanos y marroquíes se
mantienen como los grupos más numerosos, con más de 700.000 personas,
respectivamente.
El saldo migratorio de los españoles también es negativo: 39.690
salieron buscando un futuro mejor y 14.831 han vuelto después de haberlo
intentado.
Los principales países receptores son Ecuador, Reino Unido y
Francia, aunque en el caso del país hispanoamericano se trata
fundamentalmente de población no nacida en España o de menores de 15
años.
Por comunidades autónomas, Murcia, Islas Baleares e Islas Canarias
son las únicas que han experimentado un crecimiento de población, además
de la ciudad autónoma de Ceuta.
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