martes, 4 de junio de 2013

La Unión Europea da dos meses a China para resolver una disputa por los paneles solares

BRUSELAS.- La Unión Europea va a imponer unos aranceles a las importaciones de paneles solares chinos a partir del jueves, aunque mucho más bajos de lo anunciado inicialmente, tras la presión de varios de sus estados miembros más grandes por la esperanza de llegar a un acuerdo con Pekín.

La UE dice tener pruebas de que las empresas chinas están vendiendo sus productos por debajo del coste, una práctica conocida como 'dumping'. Pero el arancel inicial del 11,8 por ciento anunciado el martes por el comisario de Comercio, Karel De Gucht, es mucho más bajo que el 47 por ciento que estaba previsto.
Este cambio pone de manifiesto el deseo de evitar una guerra comercial, al tiempo que reconoce la oposición a los aranceles por parte de 18 de los 27 estados miembros, entre ellos Alemania y Reino Unido.
Aunque la Comisión Europea tiene la opinión final sobre cuestiones comerciales, no quiere que se considere que actúa contra los intereses de los estados miembros.
"Esta es una oferta única a la parte china, dando un incentivo muy claro para negociar", declaró De Gucht en una rueda de prensa. "Proporciona una oportunidad muy clara para las negociaciones, pero ahora la pelota está sobre el tejado chino".
"Si tenemos una pistola cargada apuntándonos a la cabeza, no es una negociación justa, pero al menos crea un espacio para que ambas partes encuentren una solución", dijo una fuente china próxima a las negociaciones.
El caso, una de las diversas quejas comerciales que la UE ha presentado contra China es la mayor investigación comercial de Bruselas. Las importaciones de China en este sector supusieron 21.000 millones de euros en 2011.
De Gucht explicó que el arancel del 11,8 por ciento se aplicará hasta el 6 de agosto. Si no se llega a un acuerdo, la tasa media subirá al 47,6 por ciento, bloqueando de hecho el acceso al mercado por parte de China. En diciembre, esa tasa entrará en vigor para cinco años.
Durante el fin de semana, altos cargos chinos y europeos pidieron rebajar la tensión de la disputa entre dos de las mayores potencias comerciales del mundo.
Pekín ha advertido de repercusiones. El primer ministro, Li Keqiang, dijo el lunes al presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, que la disputa afecta a "importantes intereses económicos" de su país.
De Gucht, un abogado belga defensor del libre comercio, defendió los aranceles como una medida de emergencia para dar "oxígeno salvador" a un sector que sufre el 'dumping' de China.
"Esto no es proteccionismo, sino que se trata de asegurar que las leyes internacionales del comercio (se apliquen) a empresas chinas", manifestó.
El caso está poniendo a prueba si los gobiernos europeos pueden unirse a la Comisión en cuestiones comerciales mundiales y superar los temores a represalias.
Alemania y Reino Unido sostienen que sus empresas se verían en desventaja en mercados en crecimiento en China, como los servicios financieros y las telecomunicaciones, si Bruselas perjudica los negocios chinos en Europa. Pero Francia e Italia argumentan que las firmas chinas están beneficiándose de manera injusta de subsidios estatales que les permiten inundar el mercado europeo con productos baratos, echando a los productores locales.
Las empresas chinas se han hecho con más del 80 por ciento del mercado europeo de paneles solares, desde el cero que tenían hace unos pocos años, y la producción de paneles solares en China supera en 1,5 veces la demanda mundial, según la Comisión.
El mercado de energía solar en Europa, que es el mayor del mundo, está dominado por proveedores chinos como Yingli Green Energy, Suntech Power Holdings, Trina Solar y la canadiense Solar.

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