BRUSELAS.- Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE no despejarán en la cumbre que celebran el próximo jueves y viernes en Bruselas
las dudas sobre la fecha de entrada en vigor de la recapitalización
directa de la banca a cargo del fondo de rescate o sobre si ésta tendrá
un carácter retroactivo para España, en contra de lo que pide el
presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
Los líderes europeos se limitarán a insistir en la "urgencia" de
poner en marcha la unión bancaria. Además, confirmarán la fecha de
finales de año para aprobar la norma que encomienda al Banco Central
Europeo (BCE) la supervisión de los bancos de la eurozona, la condición
previa para que entre en vigor la recapitalización directa, según ha
explicado este lunes un alto funcionario de la UE.
Pero más allá de eso, no se podrá ninguna fecha para la recapitalización directa porque "el proceso implica la intervención de muchos actores",
ha indicado la fuente. Alemania, Finlandia y Holanda han puesto en duda
que la recapitalización directa pueda empezar el 1 de enero de 2013 y
sostienen que no tendrá carácter retroactivo.
La cuestión del carácter retroactivo tampoco será debatida por los
jefes de Estado y de Gobierno, sino que éstos se limitarán a pedir al
Eurogrupo que fije "los criterios operativos exactos que guiarán la
recapitalización directa de bancos a cargo del mecanismo europeo de
estabilidad (MEDE)", según figura en el proyecto de conclusiones.
España, Francia e Italia han anunciado que reclamarán durante la
cumbre al resto de los socios de la UE que cumplan los compromisos
asumidos en junio sobre la recapitalización directa de la banca y los
mecanismos para estabilizar el mercado de deuda de la eurozona.
Durante la cumbre no está previsto que se discuta la situación en
España ni tampoco sobre Grecia. Los líderes europeos se limitarán a
elogiar "los esfuerzos muy estimables que el Gobierno griego ha emprendido estos últimos tiempos" en materia de ajustes y reformas y en principio no dirán nada sobre España, ha informado el alto funcionario.
El debate del Consejo Europeo se centrará en las propuestas realizadas por los cuatro presidentes -el del Consejo Europeo,
Herman Van Rompuy; el de la Comisión, José Manuel Durao Barroso; el del
Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi; y el del Eurogrupo,
Jean-Claude Juncker- para corregir los problemas estructurales de la
eurozona que han agravado la crisis del euro.
En particular, los jefes de Estado y de Gobierno pedirán
"explorar" dos de las ideas que plantean los presidentes: la creación de
un presupuesto específico para la zona euro y la exigencia a todos los
Estados miembros de que firmen contratos con Bruselas en los que se recogerán las reformas a que se comprometen.
Por lo que se refiere a la capacidad fiscal para la eurozona, la idea plantea una serie de cuestiones, como "si
se basará en capital o en presupuesto, cuál será su importe, quién la
gestionará, cuándo empezará a funcionar o cuál será su papel". En todo caso, su creación estará separada del debate sobre las perspectivas financieras.
En el informe de los cuatro presidentes, se sugiere que el
presupuesto de la eurozona podría utilizarse para financiar las reformas
que emprendan los países con problemas durante el periodo necesario
para que surtan efecto o para ayudar a absorber el impacto de una crisis
que afecte a uno o a pocos Estados miembros.
La segunda medida consiste en que los Estados miembros de la
eurozona "firmen acuerdos contractuales de carácter individual con las
instituciones de la UE sobre las reformas que se comprometen a emprender
y su aplicación". El objetivo sería dar "más peso político" a las recomendaciones que la UE dirige a cada país en materia económica.
Como primer paso, la Comisión presentará antes de que acabe el año una propuesta para que "todas las grandes reformas de política económica previstas" por un Estado miembro "se discutan ex ante" en la UE y se coordinen.
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