LONDRES.- El líder laborista, Ed Miliband, ha declarado
este domingo su intención de fragmentar la estructura de los bancos
británicos si no efectúan un cambio radical en su forma de operar para
anteponer las necesidades de sus clientes a cualquier otra
consideración.
Miliband ha advertido a las entidades bancarias que, si llega al
poder, ordenará que separen sus servicios habituales de lo que calificó
como "actividades de casino", referentes a las operaciones de inversión.
de lo contrario, su hipotético Gobierno laborista pondrá en marcha el
equivalente de la ley Glass-Steagall de 1933 por la que se ordenó la
división de las operaciones comerciales y de inversión tras el 'Crack'
de Wall Street de 1929.
"O lo hacen los bancos, o el próximo gobierno laborista, por ley,
dividirá los bancos según las operaciones comerciales y de inversión",
aseguró en una entrevista a 'The Observer'.
El líder laborista, cuyo partido va por delante en las encuestas
de opinión, ha anunciado en estos términos la que será la apuesta más
arriesgada y radical en el ámbito económico de su futuro programa
electoral, destinado a configurar un "capitalismo responsable", por el
que se pretende obligar a los bancos a que se concentren en sus
funciones principales, como la concesión de préstamos, en lugar de
"jugar con el dinero en los mercados internacionales".
El objetivo último consiste en poner realmente en práctica las
reformas propuestas por el economista y presidente de la Comisión
Bancaria Independiente de Reino Unido, John Vickers, para estabilizar la
situación financiera tras la crisis de 2008 en Reino Unido, y que según
el gobernador del Banco de Inglaterra, Mervyn King, parecen haberse
diluido en los últimos meses.
"Los bancos y el Gobierno pueden cambiar de dirección, y apostar
por la aplicación, en forma y contenido, de los principios de Vickers.
Eso significa la división entre las operaciones comerciales de
inversión. Necesitamos un verdadero cambio cultural, o nos ponemos a
legislar al respecto, advirtió en los momentos previos al inicio de la
Conferencia del Partido Laborista que se celebra hoy en Manchester.
El Partido Laborista ha consolidado su ventaja sobre los
conservadores, según el último sondeo de 'The Observer', que otorga una
distancia de diez puntos a los laboristas, en un ambiente de creciente
desencanto entre los votantes sobre la capacidad de los políticos
británicos de salir de la crisis.
El 39 por ciento de los encuestados votaría hoy a los laboristas,
mientras que un 29 por ciento lo haría por el Partido Conservador,
mientras que un diez por ciento apoyaría al Partido Liberaldemócrata y
al Partido por la Independencia del Reino Unido (UKIP, por sus siglas en
inglés).
Desde marzo de este año, los laboristas han logrado dar la vuelta a
los sondeos y han ido aumentado la distancia con respeto a los
conservadores del primer ministro, David Cameron. También a partir de
los sondeos de marzo, ha aumentado el reparto de votos entre otras
formaciones minoritarias, alcanzando su máximo en septiembre con el 22
por ciento.
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