MADRID.- El consumo de cemento se desplomó en España un 34,7% en
la primera mitad del año, hasta 7,2 millones de toneladas, cantidad que
sitúa la demanda de este material de construcción en niveles de
principios de los años sesenta (1964), según informó el presidente de la
patronal Oficemen, Juan Béjar.
El sector acumula así una contracción del 73% desde el
comienzo de la crisis, lo que ha llevado a que las empresas cementeras
tengan actualmente parada el 60% de la capacidad de producción de las 35
plantas cementeras radicadas en España.
La patronal del ramo atribuye al "recrudecimiento de la crisis
y a los continuos recortes de obra pública" el nuevo descenso de la
demanda de cemento, que prevé cerrar 2012 con una caída del 25% y un
volumen mínimo histórico del entorno de los 15 millones de toneladas.
De esta forma, la industria cementera habrá encadenado un
lustro (2008-2012) de caídas al que, según Béjar y el director general
de Oficemen, Aniceto Zaragoza, podrían sumarse también los ejercicios
2013 y 2014. "Aún no sabemos en qué año se alcanzará el consumo mínimo y
dejaremos de decrecer", indicaron.
El presidente de Oficemen destacó el "gran esfuerzo" que las
cementeras radicadas en España están haciendo para no trasladar toda la
contracción de actividad a la capacidad instalada y al empleo. Desde
2007 sólo han cerrado dos plantas y el empleo ha caído un 25%.
"El recrudecimiento de la crisis y los recortes de obra
pública han llevado a que la industria cementera esté utilizando sólo un
40% de su capacidad instalada en España", explicó Béjar.
"A la vista de la demanda esperable en construcción pública y
privada es difícil que las paradas parciales y las regulaciones
temporales de empleo acometidas hasta ahora sean medidas suficientes
para mantener la capacidad instalada de la industria en España",
advirtió.
Los directivos de la patronal cementera apuntaron a la
exportación como principal vía de negocio del sector. Prevén que este
año las ventas de cemento al exterior crezcan un 40%, hasta 6 millones
de toneladas.
En este punto, Oficemen alertó de la competitividad que para
salir al exterior resta al cemento español el coste energético por el
hecho de que la tarifa eléctrica incluya componentes añadidos a los
estrictos costes de generación, distribución y consumo.
"No entramos a considerar si el Gobierno debe ayudar a los
mineros, pero el sector industrial está perdiendo competitividad por
incluir en la tarifa eléctrica éste y otros componentes que nada tienen
que ver con los costes de generación, distribución y consumo", indicó
Béjar en relación a la anunciada reforma del sector eléctrico.
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