WASHINGTON.- El Tribunal Supremo de Estados Unidos ha
anunciado este jueves que aprueba la parte esencial de la ley promovida
por el presidente Barack Obama para reformar el sistema sanitario, que
exige que para 2014 la mayoría de los estadounidenses tengan un seguro
médico o, en caso contrario, paguen una multa.
"El requisito de
la Ley sobre Atención Asequible de que ciertas personas paguen una
multa por no tener un seguro médico puede, de forma razonable, ser
considerado un impuesto", dice en el fallo el presidente del Supremo,
John G. Roberts, al explicar la opinión de los cinco jueces (de un total
de nueve) que han votado a favor.
"Dado que la Constitución
permite ese tipo de impuestos, no nos corresponde a nosotros prohibirlo o
emitir un juicio sobre si es conveniente o justo", ha añadido.
Esta decisión, que llega menos de cinco meses antes de las elecciones
presidenciales del 6 de noviembre, supone una gran victoria para Obama,
ya que la ley, que fue aprobada por el Congreso en 2010, constituye la
reforma más profunda del sistema sanitario estadounidense de los últimos
50 años.
Su objetivo es que más de 30 millones de personas que
actualmente no tienen seguro médico dispongan de él, así como reducir
los recientes costes médicos.
Los congresistas republicanos y
el futuro candidato del partido en los comicios de noviembre, Mitt
Romney, han dicho que intentarán revocar la medida después de noviembre,
ya que consideran que con esta ley, el Gobierno se entromete demasiado
en la vida de los ciudadanos y en los asuntos de los estados que
componen el país. Sus partidarios la ven como una garantía de que todos
los ciudadanos pueden recibir atención médica independientemente de
dónde viven o trabajan.
El pasado marzo, el Tribunal Supremo
escuchó durante tres días los argumentos orales a favor y en contra de
la ley, que había sido recurrida por 26 de los 50 estados y por un
pequeño grupo empresarial.
Los
jueces han analizado cuatro cuestiones: si estaba dentro de las
competencias del Congreso el imponer un "mandato individual" que obligue
a los ciudadanos a contratar un seguro médico, si toda la ley o solo
parte de ella debía ser revocada en caso de que se rechazase ese
mandato, si la expansión del programa Medicaid era una medida
excesivamente coercitiva para los estados y si todas esas cuestiones
podían ser revisadas antes de que el mandato entrase en vigor.
Sobre el asunto de Medicaid (un programa médico para familias con pocos
recursos), los magistrados han dado el visto bueno a la expansión, pero
han rechazado la parte de la ley que amenaza a los estados con perder
los fondos de los que disponen para Medicaid si se niegan a expandir el
programa, de gestión federal y estatal.
La cuestión crucial era
la del "mandato individual", porque si hubiese sido rechazado, a las
compañías aseguradoras les habría resultado muy complicado aplicar otros
elementos de la ley sin aumentar drásticamente sus primas, según los
medios estadounidenses. Entre esos otros elementos figura, por ejemplo,
que las aseguradoras no puedan negar la atención o limitarla en el caso
de niños que tengan un cuadro médico complicado o que los adultos
jóvenes de hasta 26 años tengan derecho a estar cubiertos por el seguro
de sus padres.
Aunque las partes más polémicas de la ley no
entrarán en vigor hasta 2014, ya se estaban aplicando una serie de
nuevas normas que han ampliado la cobertura médica en todo el país.
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