TULLE.- El presidente electo francés, François Hollande, dijo
el viernes que las finanzas públicas galas están peor de lo que había
indicado el saliente Gobierno conservador, después de que la Comisión
Europea previera que París incumplirá su objetivo de déficit el año que
viene.
Hollande lidera un impulso para desviar el énfasis
europeo de la disciplina fiscal y hacia el crecimiento, pero ahora
podría verse obligado a hacer nuevos recortes en el gasto público o a
subir impuestos más de lo previsto, si Francia quiere cumplir los
límites de déficit impuestos por la UE.
Pese a su publicitado desafío a la austeridad de la
eurozona, el nuevo presidente, que se impuso el domingo a Nicolas
Sarkozy en una segunda ronda electoral, prometió durante su campaña
electoral respetar el compromiso de recortar el déficit al 3,0 por
ciento del PIB en 2013, siempre que el crecimiento se mantuviera sólido.
Sin embargo, la Comisión Europea estimó el viernes que
el déficit público caerá a sólo el 4,2 por ciento de 2013 desde el 4,4
por ciento esperado para este año, calculando que el crecimiento será
del 1,3 por ciento y no del 1,75 por ciento previsto por el Gobierno y
Hollande.
Los economistas privados son aún más pesimistas por el
déficit galo, y un sondeo de Reuters sobre sus previsiones muestra una
estimación media del 4,6 por ciento en 2013. En 2011, el déficit cayó a
una estimación del 5,2 por ciento.
Hollande, que ha encargado una auditoría a las cuentas
del estado para finales de junio a la auditora pública "Cour des
Comptes", dijo que las estimaciones de la comisión confirman sus
sospechas de que el Gobierno de Sarkozy no ha dado una imagen fiel de
las finanzas.
"He sabido durante varias semanas que había un
deterioro de nuestras cuentas públicas peor de lo que ha dicho el
Gobierno saliente", dijo a la prensa en su rural sede de Tulle, en el
centro de Francia.
"Ahora tenemos la confirmación y merece la pena mirarlo
y analizarlo. Esperaré al informe de la 'Cour des Comptes' antes de
tomar las decisiones necesarias", añadió.
Si la auditoría revela sorpresas desagradables,
Hollande podría tener pocas opciones aparte de sacrificar parte de sus
promesas de campaña y congelar algo de gasto, o arriesgarse a exponer a
Francia a las represalias del mercado financiero.
Pero incluso si la auditoría confirma las estimaciones
previas, de todas formas Hollande podría tener que tomar medidas sobre
el gasto o los impuestos para cumplir el objetivo del 3,0 por ciento,
especialmente si el crecimiento crece más cercano a las previsiones de
la Comisión.
"Estamos esperando a que las autoridades francesas
decidan qué medidas se presentarán en 2013", dijo en Bruselas el
comisario europeo de Asuntos Monetarios y Económicos, Olli Rehn.
Entre los nuevos planes de gasto, Hollande quiere
contratar 60.000 personas en las escuelas y crear 150.000 empleos con
asistencia del Estado, en un país que ya tiene uno de los niveles de
gasto público más altos del mundo.
Pese a esos nuevos gastos en su programa, Hollande
espera reducir el déficit cada año hasta que las cuentas públicas estén
equilibradas en 2017, principalmente conteniendo el aumento en el gasto
general y aumentando los impuestos, sobre todo los acomodados.
La ministra saliente de Presupuesto, Valerie Pecresse,
rechazó la posibilidad de que haya malas noticias ocultas en las cuentas
públicas, y dijo que las estimaciones de la Comisión deberían ser una
llamada de atención sobre el gasto.
"Las previsiones de la Comisión son una seria
advertencia contra las imprudentes promesas de gasto que hizo el nuevo
presidente durante la campaña", dijo en un comunicado.
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