LONDRES.- La posibilidad de que Grecia abandone el
eurozona ha dejado de ser una cuestión tabú en el discurso del Banco
Central Europeo (BCE), tal y como reflejan las declaraciones del
gobernador del Banco de Bélgica, Luc Coene, quien, a pesar de mostrarse
contrario a esta hipótesis, asume que si fuera necesario sería posible
llevar a cabo un "divorcio amistoso".
"Un divorcio nunca es algo bueno, puedes hacer las cosas de
una manera amable, pero pueden llegar a ponerse feas y difíciles.
Supongo que un divorcio amistoso, si alguna vez fuera necesario, sería
posible, pero aún así lo lamentaría", afirma Coene en una entrevista
concedida al 'Financial Times'.
De hecho, el banquero belga defiende que "lo ideal sería que
todos los miembros permanecieran en el club", puesto que sería lo más
positivo para todos, incluyendo a los propios griegos, aunque admite que
si un país decide que no continúa deseando formar parte hay que
permitir su marcha.
En este sentido, Coene admite que la hipotética salida de
Grecia del euro implica el riesgo aún mayor de que esta fuera vista como
un precedente y se disparasen las especulaciones respecto a nuevos
países que podrían salir de la eurozona, incrementando las tensiones
financieras.
"Ese es el principal riesgo, lo demás puede gestionarse. Una
vez que has creado un precedente entonces la gente claro que piensa que,
bueno, si un país ha salido, entonces podría salir más", reconoce el
banquero.
Por otro lado, el gobernador del banco central belga considera
que el BCE aún no ha alcanzado los límites de su capacidad de
actuación, no sólo en cuanto a bajadas de tipos de interés, sino sobre
todo en lo que se refiere a medidas no convencionales, donde "existe
potencial para nuevos pasos", y no duda en admitir que lo hecho hasta
ahora por el BCE "no se diferencia" del alivio cuantitativo de la
Reserva Federal (Fed).
"En mi opinión no hemos alcanzado el límite cero (respecto a
los tipos de interés), pero desde el lado de las medidas no
convencionales existe claramente potencial para dar más pasos si fuera
necesario, dependiendo de las circunstancias que se mediante medidas
nuevas o antiguas. No creo que hayamos agotado nuestros instrumentos al
respecto", señala.
De hecho, Coene reconoce que "todo es teóricamente posible",
aunque advierte de que la institución no puede solucionar los problemas
fundamentales, "sólo ganar tiempo y de manera limitada", ya que unos
intereses muy bajos por demasiado tiempo generan nuevos problemas.
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