BRUSELAS.- Los países de Unión Europea
deben encontrar la forma de impulsar el crecimiento y a la vez poner en
orden las finanzas públicas, y los líderes de la UE se reunirán el 23
de mayo para discutir cómo lograr estos objetivos, dijeron el martes dos
altos funcionarios del bloque.
Los 17 países de la euro zona quieren volver a ganarse
la confianza del mercado en sus finanzas, después de que los dos años de
crisis de la deuda soberana aumentasen los costes de endeudamiento para
la mayoría, sacase a Grecia, Portugal e Irlanda de los mercados y ahora
amenace con hundir a España.
Pero algunas autoridades y economistas dicen que la
zona euro ha estado muy concentrada en la consolidación fiscal, lo que
daña el crecimiento económico, haciendo la sostentabilidad de la deuda
aún más difícil y amenazando con comenzar un círculo vicioso de
austeridad y contracción de la producción.
La Comisión Europea dijo el martes que no había
elección entre la austeridad o el crecimiento, porque ambos eran
necesarios.
"El debate de la consolidación contra el crecimiento es
falso", expresó el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios de la
Unión Europea, Olli Rehn, en una sesión informativa.
"En la actual situación económica de bajo crecimiento y
alta deuda no hay elección, debemos perseguir ambos simultáneamente",
añadió.
Después de la reacción antiausteridad de los votantes
de Grecia y Francia el domingo, el presidente del Consejo Europeo,
Herman Van Rompuy, convocó una cumbre de líderes de la Unión Europea
para el 23 de mayo, donde discutir "la agenda de crecimiento europeo",
según mostró su carta a los líderes.
La cena informal del 23 de mayo es para preparar el
terreno de cara a otra reunión los días 28 y 29 de junio, cuando los
líderes tomarán decisiones formales sobre sus estrategias de crecimiento
y consolidación presupuestaria.
La discusión ha ganado nuevos bríos por la victoria en
las elecciones presidenciales francesas del socialista François
Hollande, que hizo campaña para cambiar el foco de la austeridad al
crecimiento.
Por otra parte, en las elecciones parlamentarias de
Grecia, los partidos que apoyaron el paquete de austeridad de la Unión
Europea y el Fondo Monetario Internacional para hacer sostenible la
deuda del país, no lograron conseguir una mayoría, con la incertidumbre
resultante sobre quién será capaz de formar Gobierno en Atenas.
La búsqueda del equilibrio a la que se enfrenta la
Unión Europea es difícil porque, a diferencia del gasto gubernamental
financiado con deuda, las reformas estructurales que aumentan el
crecimiento económico tardan un tiempo en producir resultados, y los
inversores están impacientes.
Una consolidación fiscal menos ambiciosa, dejando más
dinero de los impuestos para alimentar el crecimiento, sería más rápida,
pero minaría los esfuerzos de la zona euro para demostrar que va en
serio en lo que respecta a ordenar su equilibrio fiscal y probablemente
dañaría la confianza del inversor.
"La consolidación fiscal debe conseguirse de forma diferenciada y favorable al crecimiento", dijo Rehn.
Esto significa que aquellos países de la Unión Europea
con finanzas públicas sólidas deberían permitir la construcción de redes
de seguridad social en sus economías, como el gasto en subsidios de
desempleo, para amortiguar el impacto de la desaceleración económica.
Pero los países que están bajo el escrutinio del
mercado, como Grecia, Irlanda y Portugal, además de España e Italia,
deberían concentrarse en recobrar la confianza del inversor a través de
duras políticas fiscales.
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